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Policiales Un episodio más que involucra a una trabajadora del hogar contratada por terceros

Empleada doméstica infiel hurtó $ 30 mil a un médico y su esposa

Mediante la modalidad de ???robo hormiga???, la mujer se apoderó de dinero de ahorros.

Son muchas las historias policiales que involucran a empleadas del hogar. Desde las estafas a jubilados con distintos “cuentos del tío” hasta hurtos, algunas veces millonarios, que no tienen explicación sino desde la delación de alguien que conoce muy bien los movimientos de una casa.

Lo vivió en carne propia un matrimonio de la ciudad de Frías.

 

Él, médico de profesión, advirtió que en uno de los muebles de la vivienda faltaban $ 3.500.

No dudó un segundo. De inmediato le preguntó a la empleada doméstica qué había pasado. La mujer conoce perfectamente cada rincón de la casa y bien pudo haber escuchado “a través de las paredes” conversaciones de la pareja sobre cuestiones tan delicadas como el dinero, claves bancarias y proyectos de inversiones.

 

Fue así como la infiel empleada confesó haber tomado el dinero de uno de los cajones del mueble y le imploró a sus “patrones” que no la denunciaran, que se los devolvería inmediatamente y sin demoras.

Abordaron el vehículo del matrimonio, se trasladaron hasta una vivienda de calle Entre Ríos y la mujer restityó uno a uno los $ 3.500 de los que se había apoderado.

 

No eran $ 3.500

 

Cuando creían que un despido calmaría de una vez por todas el dolor de cabeza ocasionado por la traición de la mucama, la esposa del profesional decidió revisar todos los sitios del domicilio en los que guardan dinero para generar ahorros.

 

Fue enorme el baño de realidad al descubrir que, en total, el faltante no era de poco más de tres mil pesos sino que, en una modalidad conocida en la jerga policial como “robo hormiga”, la delincuente se había apoderado, en realidad, de $ 30 mil.

 

No importó la oscuridad de la madrugada. La indignación, la impotencia y la sensación certera de que habían sido engañados nuevamente pudo más. En la víspera, denunciaron en la Comisaría 23ª a la traidora.

 

De inmediato tomó intervención la Justicia del Crimen, a los efectos de poner a la empleada donde debe estar: “tras las rejas”, y recuperar el dinero del médico y su esposa, birlado en varias oportunidades por quien jamás mereció la confianza de sus patrones.

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