Hoy empezó a funcionar el radiotelescopio más grande del mundo en el suroeste de China, con el que se espera poder observar mucho más de lo que conocemos hasta ahora del universo y avanzar en la búsqueda de la vida en otros planetas.
El radiotelescopio, al que bautizaron FAST, tiene una apertura esférica de 500 metros de diámetro, cubre una superficie
equivalente a 30 campos de fútbol, y está instalado en una zona rural de la provincia de Guizhou, una región montañosa de China.
La instalación, cuya construcción empezó en marzo de 2011, costó 1.200 millones de yuanes (185 millones de dólares) y supera en tamaño al radiotelescopio de Arecibo, situado en Puerto Rico, que tiene un diámetro de 305 metros.
Se espera que FAST obtenga información sobre los orígenes del universo mediante el mapeo de la distribución de hidrógeno, el elemento más abundante en nuestra galaxia, y que permita detectar muchas más púlsares, densas estrellas giratorias que actúan como relojes cósmicos-. Esto les dará a los científicos capacidad de detectar ondas gravitatorias que den información sobre la evolución de las galaxias
El director general de la Sociedad China de Astronomía, Wu Xiangping, declaró el año pasado a la agencia de noticias china Xinhua que el alto grado de sensibilidad de FAST iba a "ayudar a buscar vida inteligente fuera de nuestra galaxia". “Nos ayudará a buscar vida y a explorar los orígenes del universo”, indicó Xiangping.