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ESPEA No 1 ???NICOLÁS GENNERO??? PR??XIMA A CUMPLIR 75 A??OS DE VIDA

Reseña de su historia: La magister, Alejandra Santillán, su rectora, nos cuenta los orígenes.

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Institución Crédito: Pionera en el NOA.

En las primeras décadas del siglo XX en la ciudad de Santiago del Estero ocurrió un promisorio despertar cultural. Esto fue posible porque a fines del siglo anterior, europeos radicados en la ciudad, cultores de la música de tradición universal, iniciaron a jóvenes nativos en el estudio sistematizado de la música. Así por ejemplo, a Juan Queirolo, distinguido pianista llegado a Santiago como director de orquesta de una compañía de operetas, se le ofreció enseñar en escuelas provinciales; lo mismo ocurrió con el violinista Mazzolari. Queirolo murió en 1908 y lo sucedió el maestro José Ruta, quien fundó el mismo año el conservatorio “Verdi”, junto con otros maestros: Carlos Messino, Germán Kern y Víctor Lo Bianco. Al maestro Ruta lo sucedió Alfredo Grandi, eximio pianista, director y compositor. A ellos se le sumó Leopoldo Bonell, un español bilbaíno, músico brillante que enseñó en escuelas de la provincia y fue inspector de música en el Consejo de Educación. Estos precursores impartieron sus conocimientos desde salas privadas llamadas “conservatorios”, y se los recuerda por lo relevante de sus enseñanzas.

 

Nuevo Diario: —¿A quiénes enseñaron?

—Tuvimos entre otros a: Manuel Gómez Carrillo, nacido en 1883, realizó estudios de piano con Queirolo; Pedro Cinquegrani, con apenas 9 años, era iniciado en el violín por Mossino, y este mismo maestro instruía musicalmente a un pequeño talento de sólo 7 años: Humberto Carfí. Al mismo tiempo, Nicolás Segundo Gennero, nacido en La Banda, era discípulo de Alfredo Grandi, Floro Ugarte y Jorge Lalevicz. Estos santiagueños, junto con muchos otros imposibles de nombrar en esta breve reseña, fueron los disparadores de la efervescencia musical que daría frutos de oro en la década de 1.930.

 

 —¿Quiénes fueron los responsables de esa efervescencia cultural en la década de 1930?

—Grandes figuras como: Bernardo Canal Feijóo, Ciro Torres López, Manuel Gómez Carrillo, Emilio Wagner, Orestes di Lullo, Emilio Christensen, Oscar Juárez, Carlos Abregú Virreira, Pedro Cinquegrani, R. Ponce Ruiz, Santiago Dardo Herrera, lanzaron el manifiesto de “La Brasa”, famosa agrupación cultural, que organizó y difundió todo acto de afirmación espiritual que pueda servir al problema cultural planteado en ese tiempo.

Mario Alberto Salazar en un escrito recuerda a un poeta natural llamado Luis Suárez, integrante de esa agrupación, quien, con un solo verso, como lo pueden hacer los poetas, resumía una acuciante y gran realidad. Luis Suárez escribía:

 

Yo no he tenido guía para elegir la ruta,

Yo no tuve maestros para inciar el vuelo,

Y he sufrido las zarzas de todos los caminos,

Y lastimé mis alas mil veces en el vuelo.

 

Era ese el planteo de los tiempos al que aludía “La Brasa”. Se avecinaba la cuarta década del siglo XX, y la lírica espiritual, tan propia de nuestra tierra, debía ser moldeada con la enseñanza organizada y sobre todo accesible a los cientos de niños y jóvenes lugareños imposibilitados del aprendizaje por la marginalidad económica.

 

—¿Hay otros acontecimientos que marcaron la época?

—Siguiendo con los hechos relevantes de la década de 1930: Manuel Gómez Carrillo con su “Rapsodia Santiagueña”, ejecutada en París por el gran director Alfredo Casadessus y gran orquesta, hacía conocer en el mundo su amada y pobre tierra. Pedro Cinquegrani, convertido en un virtuoso del violín, había obtenido su medalla de oro en un prestigioso conservatorio porteño, se había perfeccionado en Europa, había pasado por el místico “Colón” y estaba otra vez en su tierra. Humberto Carfí era el primer violín de la orquesta sinfónica del “Auguesteo” de Roma. Nicolás Segundo Gennero tenía en su haber más de 200 obras con motivos de danzas y canciones de Santiago del Estero, entre ellas un ballet sobre fábula quechua, el “Pala Pala”. Andrés Chazarreta había asombrado al país en el “Politeama” de la capital argentina con su asombrosa embajada de música y bailes populares santiagueños.

 

—¿En ese tiempo también se crean otras agrupaciones que hacen necesaria la creación de esta escuela?

—Sí. Gómez Carrillo, Cinquegrani y Chazarreta fundaron la agrupación “Amigos del Arte” el 8 de febrero de 1930. Una muestra de su labor: el coro mixto dirigido por Gómez Carrillo contaba con 120 voces; Cinquegrani dirigía una orquesta de 50 instrumentistas, entre ellos 30 violines. El fraile Juan Zurita se distinguía como técnico de la voz en ese contexto. Un poco antes, la sociedad coral “La Raza” aglutinaba familias en un magnífico coro dirigido por Leopoldo Bonell. Pero aún así, la demanda cultural por el arte en éstas y otras manifestaciones del espíritu, superaba la oferta existente de maestros y técnicos. Era necesaria e impostergable la asistencia del Estado.

 

—Cuéntenos de la creación de la escuela, como Conservatorio Provincial de Música:

—Bien, a principios de 1940, impulsados por La Brasa, un grupo de inquietos maestros que dirigían conservatorios privados, entre ellos: Pedro Cinquegrani, su esposa María Balzaretti, Enrique Arias, su hermana Sara (pianista también), Leopoldo Bonell y algunos entusiastas más, se abocaron a la tarea de la creación de una escuela encaminada a cristalizar las vocaciones de la juventud santiagueña, que fuera gratuita y sin exclusiones de índole alguna. Elaboraron un exhaustivo proyecto y lo presentaron al Consejo de Educación. Tuvo acogida favorable en el entonces presidente Dr. José F L Castiglione, quien firmó el decreto de creación. Consiguientemente se fundó el “Conservatorio Provincial de Música” el 11 de marzo de 1941. Las clases comenzaron efectivamente el 2 de junio del mismo año. Más de 120 alumnos fue la matrícula inicial. Siete años después ya eran 300 los alumnos, y a la guitarra, el piano y el violín, se agregaron otros instrumentos. Formaban coros vocales y conjuntos de cuerda, constituyéndose de a poco en centro de investigación y difusión musical. Un hecho saliente: Leopoldo Bonell, con 40 niños organizó una orquesta infantil; llegó a presentarla en el teatro Rivera Indarte de Córdoba, y tuvo memorables actuaciones en 1941, 1942 y 1943. Al poco tiempo se incorporó canto lírico, declamación y danzas folclóricas.

 

—¿Cuándo se abrió el Nivel Secundario y la Tecnicatura de instrumentos?

—En 1989 se creó el Bachillerato y Magisterio en Música, la Capacitación Técnico Instrumental (violín, violencello, flauta traversa, clarinete, saxofón y trompeta); se reemplaza la carrera de Declamación por la de Formación Profesional en Actuación y se abre la Técnicos Profesionales de la Voz.

 

—¿Con cuántas carreras de profesorado cuenta?

—Hoy es un Instituto Superior con tres profesorados: de Danza, Música y Teatro. Conserva el Ciclo de Iniciación Artística Temprana, cuenta con un ciclo de nivelación para ingreso al profesorado, denominado Enlace y es sede de Postítulos de Educación que ofrece el Ministerio de Educación de la Nación.

Hoy la comunidad educativa está planificando los festejos de las Bodas de Diamante, en los que trabajará con instituciones del medio en propuestas artístico-culturales para la comunidad santiagueña durante todo el presente año.

 

—¿Algo más para agregar?

—”El arte abre tu mente y ennoblece tu corazón”, sigue siendo nuestro lema.

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