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Especiales Lesa Humanidad

Así comenzó el horror que se llevó miles de vidas

Un informe especial sobre esta fecha nefasta que provocó una herida enorme en el país. Datos escalofriantes de una triste etapa del país.

El golpe cívico militar se inició la 0.40 del 24 de marzo de 1976. Un helicóptero de la Fuerza Aérea retiró de la Casa de Gobierno a la ex presidente María Estela Martínez de Perón. El llamado Proceso de Reorganización Nacional fue el sexto golpe militar que sufrió el país en el siglo XX, pero no sería uno más: se convirtió en un acto que fijó un antes y un después en la historia argentina. Hoy se cumplen 40 años de aquel 24 de marzo de 1976 cuando un golpe de Estado que derrocó al gobierno democrático de Estela de Perón y una junta, integrada por el teniente general Jorge Rafael Videla, el almirante Emilio Eduardo Massera y el brigadier Orlando Agosti, tomó el mando del país. Así comenzaba un período que dejó como marca el secuestro, la tortura, el robo de bebés y la muerte de argentinos que pensaban diferente a lo que sostenía el poder en aquel entonces. En el siguiente informe especial de Nuevo Diario, la mayor cantidad de datos posibles sobre lo que fue y lo que dejó esa época nefasta:

 

Algunas acciones del nuevo gobierno:

Suspende la actividad política

Suspende los derechos de los trabajadores.

Interviene los sindicatos.

Prohíbe las huelgas.

Disuelve el Congreso.

Disuelve los partidos políticos.

Destituye la Corte Suprema de Justicia.

Interviene la CGT.

Suspende la vigencia del Estatuto del Docente.

Clausura locales nocturnos.

Ordena el corte de pelo a los hombres.

Quema miles de libros y revistas considerados peligrosos.

Censura los medios de comunicación.

Se apodera de numerosos organismos.

 

La censura: Comunicado N° 19, 24/03/76

 La Junta de Comandantes Generales ha resuelto que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas, de seguridad o policiales.

 

Los campos de detención

Se levantaron centros clandestinos de detención y torturas. En estos laboratorios del horror se detenía, se torturaba y se asesinaba a personas. Se encontraban en el propio centro de las ciudades del país, con nombres tristemente famosos, como la ESMA, El Vesubio, El Garage Olimpo, El Pozo de Banfield o La Perla. Existieron 340 distribuidos por todo el territorio. Locales civiles, dependencias policiales o de las propias Fuerzas Armadas fueron acondicionados para funcionar como centros clandestinos. Estas cárceles clandestinas tenían una estructura similar: una zona dedicada a los interrogatorios y tortura, y otra, donde permanecían los secuestrados. Ser secuestrado o “chupado”, según la jerga represora, significaba ser fusilado o ser arrojado al río desde un avión o helicóptero.

 

Los desaparecidos

Debido a la naturaleza, una desaparición encubre la identidad de su autor. Si no hay preso ni cadáver ni víctima, entonces nadie presumiblemente es acusado de nada (Amnistía Internacional, en su informe sobre la desaparición de personas por motivos políticos).

Hubo miles de desaparecidos: la Conadep constató más de 9.000 casos. Los organismos de derechos humanos hablan de más de 30.000.

 

Madres de Plaza de Mayo

El grupo Madres de Plaza de Mayo nació en 1977, integrado precisamente por madres de desaparecidos, cuya lista engrosaron también algunas de sus fundadoras. Se convirtieron en el más activo sector de oposición al gobierno.

 

 

 

LA REPRESIÓN ILEGAL

 

La dictadura de 1976 completó y profundizó el esquema de persecución y exterminio que comenzara sistemáticamente con la Triple A, liderada por López Rega.

 

 

 

SUBVERSIVOS

 

El término “subversión” englobaba a las organizaciones guerrilleras —prácticamente ya extinguidas en marzo de 1976— pero también a los activistas o simpatizantes de cualquier movimiento de protesta o crítica social: obreros, universitarios, comerciantes, profesionales, intelectuales, sacerdotes, empresarios y más...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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