Entre las supersticiones y leyendas está la de la "luz mala" o "Farol de Mandinga", mito con trascendencia religiosa que se extiende por casi todo el Noroeste Argentino. La luz es temida por que imaginan ver en ella el alma de algún difunto que no ha purgado sus penas y que, por ello, sigue de esa forma en la tierra.
Generalmente nadie cava donde sale la luz por el miedo que ésta superstición les ha producido, los pocos que se han aventurado a ver que hay abajo. Algunos que se acercaron afirman que han encontrado objetos metálicos , huesos de animales o alfarería indígena - muchas veces urnas funerarias con restos humanos, lo que aumentó el terror- que al ser destapada despide un gas mortal para el hombre, por lo que los lugareños aconsejan tomar mucho aire antes de abrir o sino hacerlo con un pullo - manta gruesa de lana - o con un poncho, de suerte que el tufo no llegue a ser respirado.
Otras teorias dicen se trataría de antiguos tesoros en oro y plata perdidos por los conquistadores, cuando fueron asesinados en emboscadas por los nativos. Esos bienes se enterraron producto de la erosión, o simplemente fueron escondidos por sus dueños. Además se dice que el día de San Bartolomé, 24 de agosto (fecha en que el diablo no tiene la vigilancia de los ángeles) es el propicio para descubrir el lugar de ubicación de un "Tapado" (Tesoro) Ese día Satán busca almas ingenuas que se aventuren movidos por la codicia a esos lugares.
Expertos aseguran que ese día la influencia maligna causa estragos y por eso el brillo, porque ese día es el único en el año en que el mismísimo Lucifer está libre de los detectives celestiales y sale a armar lío e infundar el temor de todos, con total impunidad.
¿Qué se debe hacer para librarse de la luz mala?
Los gauchos y lugareños dicen que se debe rezar y sacar de nuestro cinturón la vaina del cuchillo y morderla.
A pesar de todas las teorías que circulan aún hay temor y muchos afirman que vivieron situaciones muy complicadas e inexplicables. ¿Alguna vez te pasó?
