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La Provincia Santiagueños por el Mundo

Un joven santiagueño se fue hace más de una década y hoy vive en EE.UU.

Se trata de Nahum Lockett, de 32 años, que trabaja actualmente en la División de Ingeniería en Seguridad de un banco.

“Santiagueños por el mundo” es un espacio donde se han dado a conocer historias de vida que, en muchos casos, tienen que ver con la esperanza, los sueños y el impulso de los proyectos personales.

Los motivos que mueven a cada una de las experiencias que hemos recogido en primera persona son variables y siempre con una esencia muy propia que identifica a los protagonistas, que en sus propias palabras nos llevan de viaje a ser parte de sus vivencias. En este caso se trata de Nahum Lockett, un joven santiagueño de 32 años que vive desde hace algunos años en el sur de Estados Unidos.

Hace trece años que reside en Calera, Alabama . Trabaja como vicepresidente de la División de Ingeniería en Seguridad de aplicaciones de un banco que se llama City National Bank, localizado en Beverly Hills, Los Ángeles, pero trabaja en modalidad remota desde su casa.

 

La decisión

En julio del 2010 se decidió irse del país junto a su hermano mayor, Phillip. Primero era en carácter de visita a su papá y su familia. Luego, “tuvimos una conversación con mis tías y mi papá de venir al país para poder estudiar y jugar al básquet. Entonces se me dio la oportunidad de empezar de cero prácticamente”.

“Me encontré con una sociedad muy fría en comparación a lo que estaba acostumbrado en Santiago, que son de juntarse todos los fines de semana, de comer un asado un domingo, de compartir una merienda y demás. Aquí, usualmente sólo se juntan para algún acontecimiento, y hay veces que no veo a mis familiares o amigos en muchos meses o hasta un año. Y eso a veces pega un poco, pero uno se va adaptando”, contó.

 

Un desafío

Al ser consultado sobre lo que más le costó en el proceso de adaptación, en los primeros tiempos, dijo: “Justamente eso, lo social, el estar lejos de la familia, de los amigos. Se extraña mucho ese ámbito en la vida de uno”.

“Más cuando el santiagueño es amiguero, familiero. Aquí la gente se concentra tanto en la rutina, en trabajar, que deja de lado los otros pilares que tiene uno en la vida. Yo a veces soy culpable de eso también, pero uno trata de hacer lo posible para encontrar un balance; si no, se hace difícil”, agregó.

Asimismo, aseguró que el hecho de adaptarse fue muy difícil al principio, y el tema del idioma. “Si bien sabía un poco, es completamente diferente incrustarse en un país donde no dominas el idioma. Y más cuando tenía que estudiar; mi mente se cansaba tanto de traducir al leer que costaba mucho concentrarse y mantener un buen ritmo de estudio, pero con el tiempo me acostumbré y ¡ahora es al revés! "Hay veces que se me ocurre la palabra en inglés y no en español o viceversa; es gracioso cómo el cerebro funciona a veces”, relató Nahum.

 

La aventura al mundo

Nahum pudo desarrollar y concretar sus objetivos, cumplir algunas metas en lo profesional. Y también pudo cumplir el sueño de jugar básquet durante la preparatoria y en la universidad “contra grandes talentos y pasar por rigurosos métodos de entretenimiento que te preparan mental y físicamente para todo". Y también encontré mi pasión por la ciberseguridad, que es a lo que me dedico hace 7 años”.

Con el pasar de los años, lo difícil de adaptarse se transformó en una gran aventura de poder conocer otra parte del mundo, de buscar otras oportunidades. Y por ello, aseguró que lo que más le gusta son “las oportunidades que hay para trabajar, para invertir”.

“La facilidad con la que puedes conseguir vehículos, tecnología y demás. La variedad de cosas que puedes comprar online es una locura. Y en el barrio donde vivimos, me gusta la seguridad; pueden haber autos abiertos, bicis afuera por días, paquetes afuera por semanas, y no les pasa nada. Hubo veces que nos fuimos de vacaciones y llegaban paquetes, y al volver, seguían en donde los pusieron. “Cada uno está como en su burbuja, por así decirlo”, subrayó.

“También me gustan los paisajes, hay muchas actividades al aire libre que se pueden realizar y estamos en una ciudad donde manejas 3 horas a la redonda y puedes ir a playas, cabañas, grandes ciudades y demás, entonces te da la oportunidad de conocer y viajar bastante”, planteó el joven.

 

Añoranza y recuerdos del pago

Al profundizar en su experiencia, indicó que lo que más lo sorprendió es que aún existe una “separación de razas”. Donde hay escuelas que son predominantemente para afroamericanos y otras que son para caucásicos.

“Por ejemplo, yo fui a una universidad predominante para afroamericanos y te enseñan muchas cosas que en otras universidades obvian, por ejemplo el tema de la esclavitud, todos los experimentos que hicieron a los afroamericanos y demás, lo cual nunca hubiese aprendido ni entendido si no fuera porque fui a esa universidad. También me sorprende la facilidad con la que puedes pagar cuentas y cobrar; aquí la mayoría de los trabajos te pagan a tu cuenta de banco directamente. No recuerdo la última vez que hice fila en un banco o que pagué algo en efectivo. Y la otra cosa que me sorprendió son los impuestos. Aquí hay impuestos de todo; cada vez que compras algo, nunca es del valor del producto, siempre se le aumentan los impuestos. Lo mismo con el salario: hasta un 40% del salario anual se va a los impuestos. "La verdad que es todo un tema aparte eso aquí”, destacó.

Y por último, indicó que extraña muchas cosas de Santiago. “Sobre todo la comida. Aquí es difícil conseguir comida de calidad que sea a buen precio; toda la comida chatarra sí es súper barata, pero no hay como la comida argentina. “Siempre que voy –a Santiago– aumento unos kilitos, porque todos los días es algo rico para comer”, contó.

“La verdad es que aquí armé mi vida, tengo mi esposa, mi familia, tengo mi casa y un trabajo que puedo seguir haciendo durante muchos años más. Por ahora, mi plan es visitar una vez al año y asegurarme de que no le falte nada a mi familia allá en Santiago. “Después cuando me retire o algo, puede ser, pero por ahora sigo construyendo mi vida aquí mientras ayudo a mi familia y amigos”, concluyó.

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