Por decimosexto año consecutivo, las calles de Colonia Dora (Avellaneda) se llenaron de risas y magia gracias a una de las tradiciones más queridas de esta comunidad. Papá Noel, con su icónico traje rojo y su inseparable carruaje adornado, volvió a recorrer las calles repartiendo regalos, caramelos y, sobre todo, sonrisas para los más pequeños del lugar.
Este emotivo evento no solo simboliza la llegada de la Navidad, sino también el esfuerzo y la dedicación de un grupo de jóvenes comprometidos con mantener viva la magia en su comunidad. A pesar de los desafíos económicos y las dificultades personales, los organizadores no dejaron que el espíritu navideño se apagara.
“La Navidad es nuestra tradición, no importa lo difícil que sea. Este recorrido es más que una actividad navideña, es un símbolo de unión para nuestro pueblo”, expresaron los organizadores, quienes aseguraron que este año fue particularmente complicado llevar adelante la iniciativa. “La situación económica del país es muy difícil, y nuestras propias circunstancias personales nos hicieron dudar de si sería posible. Sin embargo, al escuchar los comentarios de los vecinos y ver la expectativa de los niños, comprendimos que no podíamos dejar de hacerlo. Ya es una tradición para Colonia Dora”, dijeron.
Durante semanas, los jóvenes trabajaron intensamente para decorar el carruaje y recolectar donaciones entre los vecinos y comerciantes locales.
“Cada pequeño aporte cuenta, y no deja de sorprendernos cómo, incluso en tiempos difíciles, la comunidad se une para apoyar”, destacaron.
La noche del evento, el pueblo entero se llenó de expectativa. Las familias salieron de sus casas con las cámaras listas para capturar el momento, mientras los niños esperaban con los rostros iluminados de emoción.
