“El Día de la Madre es muy especial desde que recuperé mi identidad”, aseguró Daniel Santucho Navajas, hijo del santiagueño Julio Santucho y de la detenida y desaparecida Cristina Navajas, en diálogo con el equipo de Nuevo Diario.
Cristina, nacida el 27 de septiembre de 1949, en Buenos Aires, fue maestra egresada del Normal Nº 1 y estudiante de Sociología en la Universidad Católica Argentina. Militó en el Partido Revolucionario de los Trabajadores. El 13 de julio de 1976 fue secuestrada junto a Manuela Santucho, su cuñada, y Alicia D’Ambra, su compañera, y llevada a diversos centros clandestinos: Automores Orletti, Pronto Banco y Pozo de Banfield. Cristina fue madre de Camilo, Miguel y Daniel, que nació en cautiverio y fue apropiado por la dictadura, pero recuperado en julio de 2023.
“Llega el Día de la Madre y me hace recordarla. Pensar en lo que le tocó vivir... Cada vez que cuento mi testimonio, ella está presente”, deslizó el nieto 133, quien valoró “el poder saber qué clase de persona fue” su mamá.
Según testimonios de sobrevivientes que conocieron y compartieron con Cristina en los centros clandestinos, allí se comía caldo tres veces por semana.
“Me llena de orgullo saber que, a pesar de lo que le tocó atravesar, luchó para que naciera en las peores condiciones que puede estar un ser humano. Tener esa fuerza es un milagro, un acto de amor increíble”, contempló.
Adriana Calvo, docente e investigadora universitaria también secuestrada durante la última dictadura militar, alguna vez contó que sus compañeras -incluida Cristina- se repartían las porciones de caldo para que Adriana, embarazada en aquel entonces, pudiera comer un poco más y así tener fuerzas para amamantar a su beba. “Son esas cosas las que me hacen sentir muy orgulloso de mamá y por eso es que la tengo tan presente, y más ahora, en este domingo”, enalteció Daniel.
Este es el segundo Día de la Madre que los Santucho - Navajas compartirán en familia. De acuerdo al entrevistado, que ya visitó Santiago del Estero en compañía de su padre, se vive una jornada “muy a flor de piel” y “muy emocionados”. “Es acompañarnos, estar juntos. No hay un ritual en especial, solo tenerla presente”, agregó.
El nieto 133, que también reconoció a la madre de sus hijas por “todo lo que remó e hizo y hace” por sus pequeñas, dejó un último mensaje: “El amor de madre es único, y cada persona que la haya tenido lo sabe. Los que no las pudimos disfrutar, tenemos que saber su legado y preguntar quiénes fueron. En mi caso, en el poquito tiempo que estuvo conmigo, dio su vida para que naciera. Cada persona que tiene a su mamá, cuídela, dele cariño y acompáñela, porque ellas siempre van a dar todo por sus hijos”.