En la jornada de ayer y como cada 11 de abril, se recordó el Día Mundial del Parkinson, una enfermedad que es neurodegenerativa, progresiva e incurable, afecta al Sistema Nervioso Central. Esta fecha especial tiene como objetivo generar conciencia sobre la enfermedad que afecta a más de 8,5 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
Sobre ello, el jefe del área de neurología del Hospital Regional, Dr. Miguel Jacoboabordó algunos puntos y brindó su mirada profesional acerca de ello: ““Si bien puede aparecer también en personas más jóvenes, la mayor incidencia se da en mayores de 65 años. Se estima que el 1% de la población mundial mayor de esta edad, padece Parkinson. Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después del Alzheimer”.
“Aunque no se conocen las causas, se piensa que existen factores ambientales y genéticos, responsables de la pérdida de células en la parte profunda y a ambos lados de la línea media del cerebro. La consecuencia es la disminución de producción de dopamina, un mediador químico que interviene en muchas funciones, entre ellas la referida al aspecto motor”, explicó Jacobo.
A su vez, señaló: “La sintomatología comprende dos aspectos fundamentales: El compromiso motor y no motor. Los primeros son los síntomas cardinales de la enfermedad: como el temblor, de inicio unilateral en la mayoría de los casos, puede hacerse bilateral con la evolución de la enfermedad. Puede afectar un miembro de un lado, los dos del mismo lado, etc. Generalmente se lo observa cuando el paciente está en reposo (Temblor de reposo). La presencia de rigidez, pobreza de movimientos y alteraciones del equilibrio por pérdida de reflejos de postura, son los restantes síntomas motores, que tienen un alto impacto en la calidad de vida de los pacientes”.
También, planteó: “El estudio de los síntomas no motores, han adquirido mayor relevancia en los últimos años. Pueden preceder en años a los motores. La pérdida del olfato, depresión, insomnio, constipación, dolores articulares, son los más frecuentes”.
El diagnóstico es esencialmente clínico (escuchar, observar y revisar al paciente) Los métodos complementarios como laboratorio e imágenes, son útiles para descartar entidades que pueden llevar a un diagnóstico erróneo. El tratamiento se divide en farmacológico, no farmacológico y quirúrgico.
Sobre otros detalles a tener en cuenta, indicó: “Los aspectos no farmacológicos son muy importantes. En el abordaje inter disciplinario reside su eficacia: Kinesiología, psicoterapia, nutrición, fonoaudiología, educación a la familia, grupos de autoayuda, son extremadamente importantes. La terapia farmacológica con precursores de la dopamina sigue siendo la más eficaz en la mayoría de los pacientes. Con respecto a la cirugía, sólo pacientes previamente seleccionados pueden ser beneficiados”.
