La proliferación de enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue, chikunguña y zika, plantea un desafío de salud pública. Ante esta realidad, surge en Santiago una propuesta local innovadora y prometedora: Remei, un repelente de insectos producido por el primer laboratorio habilitado en la región para la fabricación de cosméticos, higiene personal y perfumes, Biopropagaciones Argentinas SRL. La empresa, liderada por Mariana Lo Pinto, CEO de Remei, apuesta por una solución segura, eficaz y sostenible, adaptada a las demandas de un mercado en crecimiento y a las necesidades de protección de la comunidad.
Remei se destaca por su compromiso con la salud pública al ofrecer dos tipos de repelentes que cubren distintos segmentos de consumidores y necesidades. Uno de estos productos es un repelente botánico, completamente vegetal y adecuado para bebés, niños y mujeres embarazadas. Este utiliza ingredientes como el neem y la citronela, lo que permite evitar sustancias tóxicas en su formulación. La segunda alternativa es una formulación sintética con un 10% de DEET, ideal para quienes requieren una protección intensa y duradera: “Con un 10% de DEET logramos una efectividad al 100% durante siete horas, lo cual es significativo, pues no todos los productos ofrecen esta protección prolongada”, destacó Lo Pinto.
La idea de crear un repelente surgió de un cambio de rumbo inesperado. Lo Pinto explica que, inicialmente, la empresa planeaba lanzar una línea de cosméticos, pero la creciente demanda de repelentes durante el brote de dengue los llevó a reformular su proyecto: “En el medio, pegamos un volantazo por pedido y la gran demanda de repelentes”, comenta. Esta decisión subraya la capacidad de adaptación de Remei y su voluntad de innovar desde el interior del país, precisamente desde La Banda, una región que históricamente ha tenido que superar limitaciones logísticas y de infraestructura para proyectos de esta magnitud.
La empresa se ha enfocado en la calidad, implementando procesos que garantizan que sus productos cumplan con todas las regulaciones de la ANMAT y se sometan a estudios de eficacia, pruebas dermatológicas y análisis microbiológicos. “Queremos que el producto no solo sea eficaz, sino que también brinde una experiencia positiva de uso”, explicó Lo Pinto. La formulación y desarrollo del repelente han sido guiados por expertos en química y dermatología, lo que asegura una presentación cuidadosa en todos los aspectos, desde la fórmula hasta el envase, y que permite a Remei presentarse como un producto único en su tipo en la región.