En el corazón de Santiago del Estero, se alza majestuoso el Puente Carretero, un símbolo de unión entre las ciudades Capital y La Banda. Sin embargo, pocos conocen la historia detrás de este icónico puente y el papel fundamental que desempeñó Eduardo Antonio Abalovich, diputado nacional (MC).
Durante su tarea legislativa, Abalovich realizó el pedido para que el Puente Carretero sea declarado monumento histórico de la Nación. La historia del Puente Carretero se remonta a principios del siglo XVIII, cuando el cruce del río Dulce era un desafío para aquellos que viajaban entre las dos ciudades. Desde un vado sumergido hasta un puente ferroviario llamado “Puente Negro”, la evolución de este paso ha sido testigo del progreso y desarrollo de la región.
El actual Puente Carretero, que lleva el nombre de Hipólito Yrigoyen, tiene sus raíces en un hecho inesperado durante la Primera Guerra Mundial: la indemnización de Alemania a Argentina por la pérdida de dos barcos. Con ese dinero, se adquirió el puente que inicialmente estaba destinado a unir Mendoza con Chile, pero que finalmente encontró su hogar en Santiago del Estero. La construcción del Puente Carretero fue un hito de ingeniería y un símbolo de progreso para la provincia. Con una extensión de 856 metros y un peso de 6.800 toneladas de acero, esta imponente estructura fue inaugurada el 12 de febrero de 1927, durante la gobernación de Domingo Medina. Sin embargo, fue en la década de los 2000, la Cámara de Diputados presentó un proyecto para declararlo Monumento Histórico Nacional, reafirmando así el nombre de Hipólito Yrigoyen. En una sesión histórica en la Cámara de Diputados de la Nación, el 14 de marzo de 2001, el proyecto fue aprobado por unanimidad. Hoy, el Puente Carretero sigue siendo mucho más que una estructura de acero y hormigón. Es un símbolo de historia, unidad y progreso para Santiago del Estero y para la Nación gracias a la gestión de Eduardo Antonio Abalovich.
