Durante la ceremonia de clausura del proceso diocesano de beatificación y canonización de monseñor Jorge Gottau, que tuvo lugar este lunes en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, el secretario de Culto de la Nación, Nahuel Sotelo, dialogó con Nuevo Diario y expresó su satisfacción por este paso importante hacia la santidad del primer obispo de Añatuya.
“Para nosotros es un día muy feliz. Comienza un nuevo camino para otro santo argentino, para la Iglesia argentina, y nuevamente, desde las periferias de Santiago del Estero”, afirmó Sotelo, visiblemente emocionado por el acontecimiento que reunió a autoridades eclesiásticas, políticas y fieles de distintos puntos del país.
Un mensaje que une fe, cultura y compromiso
Consultado sobre el significado de este proceso en un contexto tanto espiritual como social, el funcionario destacó que este hecho religioso también trasciende lo político y reafirma los valores propuestos por el difunto papa Francisco. “El mensaje siempre es de unidad, de paz y de seguir trabajando para un país mejor”, sostuvo, en línea con el espíritu de servicio que caracterizó a monseñor Gottau durante su labor pastoral en una de las diócesis más empobrecidas del país.
Sotelo también hizo referencia a su vínculo con la provincia de Santiago del Estero, que visitó en diversas oportunidades. “El año pasado estuvimos allá cuando fue el tema de la sede privada, y luego volvimos para firmar un convenio con el gobernador”, recordó, destacando la apertura al diálogo y el acompañamiento institucional en iniciativas vinculadas a la libertad religiosa y el fortalecimiento del tejido social.
La fe del pueblo santiagueño como ejemplo
De manera personal, Sotelo, quien se definió como católico practicante, subrayó su admiración por la religiosidad del norte argentino. “La fe del pueblo santiagueño para nosotros es muy reconfortante”, expresó.
La sesión de clausura marcó el cierre de la fase diocesana del proceso canónico de monseñor Jorge Gottau. La documentación reunida será ahora enviada a Roma, donde continuará el camino hacia la posible beatificación del obispo que consagró su vida a los más pobres del monte santiagueño.
