Cinco personas trans santiagueñas fueron en los últimos días despedidas de organismos estatalesnacionales, sin justificación alguna; no obstante, se habla de que casi 100 trabajadoras han sido echadas en todo el país.
Según un relevamiento del Observatorio Zaguán Transindical, las áreas más afectadas (a nivel nacional) son la Secretaría de Trabajo, con 27 personas trans desvinculadas; Desarrollo Social, con 23; Anses, con 20, y Cancillería, con diez.
Nuevo Diario se comunicó con la Lic. Rubí Gómez, coordinadora provincial de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina (Attta), para dialogar al respecto de esta situación.
“Es inconcebible este acto antidemocrático. Al día de hoy, unas cien personas trans han sido despedidas de oficinas públicas nacionales, lo cual constituye a un ataque directo a la población trans”, manifestó Gómez.
La Ley N° 27.636 de Acceso al Empleo Formal para personas Travestis, Transexuales y Transgéneros establece un cupo mínimo de 1% de los cargos y puestos del Estado nacional para esta población. Su objetivo es que travestis y trans puedan acceder a un trabajo formal en condiciones de igualdad.
La coordinadora de Attta recordó que Manuel Adorni, vocero presidencial, fue recientemente consultado por estos despidos. “Respondió que ellos priorizan a las personas con capacidad e idoneidad, descalificando las potencialidades y el derecho a un trabajo registrado”, indicó.
“Es importante recalcar -consideró la licenciada- que uno de los artículos de la ley contempla, justamente, que quienes no hayan finalizado sus estudios puedan terminarlos y seguir capacitándose, garantizando así la formación educativa obligatoria y la capacitación de travestis, transexuales y transgénero con el fin de adecuar su situación a los requisitos formales para el puesto de trabajo en cuestión”.
Según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, la esperanza de vida del colectivo trans en Argentina es de 35 a 41 años (la esperanza de vida general es de 75 años). El 90% de las mujeres trans se dedica a ejercer el trabajo sexual, como consecuencia de la exclusión de los sistemas formales de educación y los mercados laborales.
Sobre estos datos, la entrevistada hizo su descargo: “Hay que romper el imaginario social de que nosotras somos puro y exclusivamente para el trabajo sexual y no para otra cosa. Cuando dices trans, lo primero con lo que lo asocias es ‘trabajo sexual’, ‘delito’, ‘droga’… de esos márgenes oscuros, si se quiere, no la sacan a la persona trans”.
Gómez, además de reclamar la restitución de sus compañeras, sostuvo la necesidad de darle una oportunidad a la comunidad trans para, así, cambiar sus calidades de vida.
