Bajo un intenso frío, en la jornada de ayer comenzaron en la localidad de Villa Mailín (departamento Avellaneda) las actividades centrales de la fiesta grande en honor al Señor de los Milagros, una de las expresiones de religiosidad popular más importante del norte y del país.
La jornada inaugural estuvo marcada por la tradicional "bajada de la cruz" desde su camarín en el santuario, acto cargado de simbolismo para los fieles.
La cruz fue trasladada en procesión hasta el Árbol Santo, donde se celebró la misa central del día, presidida por el obispo auxiliar de la Diócesis de Santiago del Estero, monseñor Enrique Martínez Ossola.
Acompañado por el párroco del santuario, el padre Sergio Quinzio y sacerdotes de otras regiones del país, el prelado dio inicio al triduo de preparación espiritual que antecede a la jornada principal.
Finalizada la eucaristía, la venerada imagen fue instalada en el templete exterior, donde permanecerá hasta este domingo.
Desafiando al intenso frío, peregrinos van llegando a la Villa Mailín, provenientes de distintos rincones de la provincia y de otros lugares.
Muchos recorrieron largos trayectos a pie, en bicicleta o incluso a caballo, como expresión de agradecimiento ante el Cristo Forastero.
Hoy, desde las 7, habrá misas en el templo, en el tradicional árbol y el templete, que luce iluminado.
A las 17 se rezará el Vía Crucis por las calles, seguido por una adoración eucarística, y a las 22 los peregrinos ofrecerán una serenata en homenaje al Señor de Mailín.
Durante los días siguientes, las celebraciones incluirán misas, confesiones, vigilias y momentos de recogimiento hasta llegar al domingo, día en que la cruz será devuelta a su camarín, cerrando con profunda emoción este encuentro de fe colectiva que cada año vuelve a reunir a miles en el corazón santiagueño.