El padre Luis Cruz dialogó con LV11 y se refirió a Semana Santa y al sentimiento que une a todos los creyentes.
“El pueblo santiagueño se caracteriza por la religiosidad popular, es un sentimiento muy fuerte porque llevan muy adentro la fe y especialmente durante esta Semana Santa, donde se concurre en forma masiva a las parroquias para las celebraciones del Triduo Pascual, que es la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús”, manifestó.
Además señaló, que si bien en muchas ocasiones se usan los días de Semana Santa para el turismo no se pierde la religiosidad, “en muchos lugares turísticos, como nuestro caso en Las Termas de Río Hondo, las personas se llegan hasta la iglesia y participan de las celebraciones litúrgicas, lo que es muy valeroso para acrecentar la fe y los valores cristianos”, apuntó.
El sacerdote indicó que “todos estos días no se entienden sin el Domingo de Pascua, no podemos detenernos en el Viernes Santo, o en el dolor, o la cruz o el sufrimiento, sino que debemos dar un paso más hacia la vida y especialmente en el contexto que estamos viviendo para que los adolescentes y jóvenes puedan sentir la vida, la esperanza, sus proyectos y que vale la pena realizar muchas cosas”.
“El ejemplo de Jesús que dio la vida por cada uno de nosotros, más allá de los años, sigue estando presente y uno lo vive con la actualización del misterio en cada celebración”, expresó.
“Deseo que podamos vivir la Pascua, que no es solamente el domingo, sino que podamos sentir la vida que procede de Dios y no como una esperanza en el más allá después de la muerte sino que podamos hacer presente esto en nuestra vida cotidiana y en los desafíos que se van presentando. No hay nada que no se pueda superar ni vencer y lo importante es que la familia se deje acompañar y apueste al diálogo”, manifestó.
Afirmó: “Hay que ayudar a los jóvenes a vivir una vida más digna y humana haciéndolo en familia y comunidad, que los chicos puedan elaborar sus proyectos para que construyan la sociedad que todos esperamos, donde se pueda derrotar la cultura de la muerte, del desaliento, la envidia, la cobardía y la venganza y que simplemente pueda reinar lo que Jesús hizo presente que es el amor, la libertad y la felicidad. Por eso la Pascua pasará desde un compromiso de cada uno llevándolo con entusiasmo y pasión para transformar nuestra vida”.
