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La Provincia #Cultura #FeriaArtesanal

???Es una práctica que ha existido toda la vida; la trajeron nuestros antepasados???

Diálogo con una artesana de la provincia, quien compartió cómo, cuándo y por qué nació la tradición en su núcleo familiar.

Lourdes Mariana Márquez viene de una larga generación de tejedoras provenientes de la localidad de Atamisqui. 

 

La que comenzó con dicha tradición familiar fue su abuela, Josefa Verón, quien según su nieta, solía hilar en huso a mano. Lavaba la lana de oveja, la limpiaba, peinaba y a partir de ahí comenzaba con el proceso de tejido. 

 

Hoy en día se hila a través de máquinas industriales, excepto en su familia, quienes siguen haciéndolo a mano. 

 

Contó Lourdes que lo que más toma tiempo es la preparación de la lana, la cual debe ser lavada, cuidada, secada y finalmente teñida mediante tintes naturales como la corteza de algarroba, cascaras de cebolla, yerba y mistol, entre otros.

 

Los textiles que su familia más utilizan lana de oveja y de llama. La de oveja la consiguen de una manera sumamente económica. Comentó Lourdes que hoy casi no se ultiliza, por lo que la gente la regala o deja al costado de la ruta, y la de llama se hace traer de otras provincias.

 

“Muchos no se dan cuenta del valor que tienen estos productos o la capacidad que pueden llegar a tener al ser combinados, y por aquí o por allá se deshacen de ellos y nosotros le damos vida”, expresó la joven telera. 

 

 

Desde que falleció su abuela, Lourdes y su familia buscan no perder esta costumbre, porque los hace sentir cerca unos de otros y es “una herencia” que Josefa les dejó. 

 

En su emprendimiento tienen desde caminitos de mesa, pie de cama, alfombras, ruanas, ponchos, buzos y demás.

 

“Lo que más tiempo lleva de hacer son los ponchos de hombre, por su tamaño y los diseños indios”, declaró la joven. 

 

“Culturalmente, esta es una práctica que ha existido toda la vida. La trajeron nuestros antepasados a raíz de que era mucho más fácil conseguir lana que cuero de animales, ya que al animal lo tenías que matar. Era más rentable y se podía producir más. En resultado de todo esto es que surge lo que hoy conocemos como tejido en telar”, añadió la artesana.

 

Por último, Lourdes espera algún día enseñarle a sus hijos y que no se pierda. “Hoy en día no hay muchas personas que lo hagan. Lamentablemente, está desapareciendo, pero en Atamisqui se sigue haciendo”, finalizó. 

Feria Artesanal
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