En una ciudad como Santiago del Estero, donde cada día se trabaja para mejorarla en todo aspecto, siguen dándose situaciones repudiables, que atentan contra las normas de la sana convivencia en sociedad. El respeto a las normas debería ser el principio básico para construir en una comunidad organizada. Sin embargo, hay inadaptados sociales que no entienden esto.
Esta mañana de sábado, en pleno centro, un remisero se estacionó en un lugar reservado, lo que las normas viales de toda urbe que se respeta prohíbe rotundamente. Pero eso no es todo, sino que ante la solicitud de un ciudadano para que el servidor público retire su unidad del lugar, el mismo se negó, en lo que es una clara falta de respeto no solo a las normas de tránsito sino a las morales.
El municipio de la ciudad de Santiago del Estero, que se fijó públicamente la tarea de controlar el respeto de las normas de tránsito, debería actuar ejemplarmente ante este suceso para que no se repita, en lo que sería lo más justo en pos de una mejor convivencia. En este sentido, cansado de este tipo de situaciones, la persona afectada sugirió como una sanción a contemplar a futuro la quita de la habilitación correspondiente para prestar un servicio público a quien cometa este tipo de faltas.
