“Denles ustedes de comer”, les dijo Jesús.
Jorge Bergoglio, el papa argentino, dio hace unos días atrás una extensa entrevista en la que tocó temas sensibles.
Medios nacionales no solo se hicieron eco, sino que algunos se convirtieron en exegetas del “Sumo Pontífice” en torno al comentario que hizo sobre la pobreza en Argentina. Se animaron a dar las claves de su motivo: a) la sanción de la ley del aborto (en la que se dio una cruzada de cristiandad nunca vista en este siglo en contra de la ley), b) el tratamiento del proyecto de pedido de juicio político a los miembros de la Corte Suprema en la comisión de la Cámara baja.
Para justificar el rechazo del juicio político (supuesta razón e intención del Papa en su comentario sobre la pobreza en Argentina) los exegetas de Francisco necesitaban tener un motivo bendicional, es decir un fuerte elemento de moral cristina (la defensa de las dos vidas), de este modo “un santo antagonismo republicano” estaba listo para luego titular en los medios “El papa Francisco se bajó del barco K”.
“Un barco universal”
El representante del “Pescador de Hombres” tiene un barco universal en un mar inmenso.
Si bien no se niega la dimensión política en ninguna jerarquía eclesial, no se le puede adjudicar a Francisco tener un ancla particular K, como tampoco negar alguna injerencia jerárquica interna en las claves enunciadas.
El pontificado de Francisco (con luces y sombras) es una institución global con autoridad moral social transversal a las fronteras geopolíticas, y se manifiesta en contra del sistema que empobrece a los pueblos (como Argentina) por el culto al Dios del mercado y a la liturgia de la patria financiera.
Muchos y ricos son los documentos sobre enseñanza social de la Iglesia en América Latina que abonan y dan profundidad a los ejes socio económico expresado por Francisco en su entrevista (Puebla, Medellín, Santo Domingo, Aparecida, algunos con más de 50 años.)
El atrevimiento de explicitar que el Papa universal era particularmente K, los llevó a la inconsistencia de publicar que su referencia a la pobreza de Argentina se da como un pase da factura por la sanción de la ley del aborto y el tratamiento del proyecto de pedido de juicio político a los miembros de la Corte Suprema.
La expresión del líder católico sobre la pobreza coincide en el tiempo con La VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños que se exigen en dar una batalla contra el flagelo de la pobreza.
¿Dónde está la coincidencia? En el rechazo a la matriz económica deshumanizante, ¿dónde está la diferencia? en la pertinencia. En el Papa está la preocupación pastoral-teológica universal, en cambio, en la política está su ocupación estratégica instrumental para contrarrestar las asimetrías, desigualdades y empobrecimientos generados por los modelos de exclusión neoliberales: unos quitan el pan de la mesa y otros pugnan por devolverles el pan y la dignidad.
“Santificar a la Corte”
La intentona de querer santificar a la Corte Suprema de Justicia en torno a la expresión del Papa Francisco lleva a querer discutir verdades metafísicas para alejarnos del campo de la político, una aspiración a realizar una hierocracia (gobierno donde mandan los divinos) o una república santa, intocable, capaces de demonizar a quienes quieran poner en tela de juicio su ética.
“Denles ustedes de comer”, les dijo Jesús. Es por decisión y definición política que se construyen modelos de Estado, sea para excluir o incluir ciudadanías. Refugiarse en las expresiones de Bergoglio no es más que intentar legitimar a los gerentes del mercado y desconocer la variable de ajuste hacia el pueblo producto del endeudamiento inmoral que contrajo el ex presidente Mauricio Macri y la falta de un control de capitales para evitar la salida de divisas del país, se trata de modelos de Estado.
