Desde la Dirección de Bosques y Fauna de Santiago del Estero, realizaron una publicación a través de las redes sociales para destacar el desempeño que tuvieron brigadistas santiagueños en los incendios forestales de Corrientes.
En diálogo exclusivo con Nuevo Diario, Luis Ataide, jefe de Brigada de Ojo de Agua —que se encuentra todavía luchando contra el incendio— relató la dura experiencia.
“Nosotros estamos desde el 8 de febrero aproximadamente; Somos diez personas, nueve varones y una mujer. Todos nos hemos capacitado para actuar en este tipo de sucesos”, inició.
A su vez, dijo: “Yo la vez pasada también estuve en el equipo que trabajó en Neuquén. También nos trasladamos a Misiones y ahora hemos trabajado aquí. Todavía no sabemos si volvemos el sábado o creo que nos quedaremos unos días más”, añadió.
“Nosotros comenzamos a trabajar en el Parque Nacional Maracuyá, estábamos en Ituzaingó. Allí trabajamos tres días y ahora estamos en una localidad que se llama San Miguel. Hemos trabajado con varias brigadas de bomberos de varios puntos del país”, contó.
“Hay muchos puntos de incendio en varios lugares. Aún no está contenido el fuego. En este momento, nuestro trabajo es en el Parque Nacional Iberá, que es uno de los esteros y pantanos más grandes de Sudamérica. Tenemos frentes por todos lados, es un peligro. Trabajamos en temperaturas de 35° a 45°”.
El drama continúa en Corrientes, cómo es la lucha cara a cara contra el fuego
En Corrientes los incendios siguen sin dar tregua, ni parece que la darán en los próximos días, En el centro de semejante drama están los brigadistas del “apocalipsis”. Algunos, llegados de varias provincias. Otros, bomberos voluntarios de los pueblos que están recostados sobre la Ruta Nacional 118.
Los primeros con equipamiento especializado para este tipo de contingencias y están más profesionalizados. Los otros son pura pasión y entrega, inspiran respeto y admiración. Todos ellos, hace más de un mes a diario deben enfrentar los enormes sectores de fuego que brotan de cada rincón y amenazan con convertir a la provincia en tierra arrasada.
Después de seis días los obligaron a tomar una jornada de descanso en el centro de operaciones que se montó en la Escuela EFA “Ñanderoga”, en las afueras de San Miguel. El equipo de brigadistas que se encuentra allá, repone energías en cada noche y siguen adelante.
A pesar de los esfuerzos, el fuego no cesa y amenaza con avanzar cada vez más y arrasar con todo. Pero la lucha de los equipos no cesa en ningún momento, a pesar de los trabajos que se vienen desarrollando como lucha contra el incendio.