El próximo viernes 29 del corriente, la Escuela Provincial N° 1094, antes Nacional N° 372 de la localidad de El Aspirante, cumplirá 100 años.
Un establecimiento estudiantil lleno de historia, que albergó a varias generaciones y que constituyó las bases educativas en toda una región.
Este paraje donde se origina la historia está ubicado a la margen izquierda del río Salado, en el ángulo noroeste del departamento Belgrano, a 20 kilómetros de la estación Casares (General Bartolomé Mitre), en un camino nacional que lo une con ella, el que fue construido cuando el campo El Aspirante pertenecía a la firma Cullenh y Segura y en esa época era ministro de Interior el doctor Cullenh, hermano del terrateniente.
La escuela Nº 372 fue creada por iniciativa del entonces administrador del campo El Aspirante, don Clemente Rodríguez, e inaugurada el 9 de abril de 1921, bajo la dirección del maestro don Ricardo Páez, con 30 alumnos inscriptos e igual número de asistencia. La edad de los alumnos era de 6 a 18 años. Esta inscripción fue aumentando en años sucesivos a medida que nuevos pobladores se afincaban en este campo, en Libertad y en Las Cañas, procurando mejores comodidades para sus haciendas porque su cría constituía su única actividad. Luego llegó a un máximo de 85 alumnos.
La inscripta número uno fue la niña Sara Angélica Rodríguez, de 6 años de edad, quien graduada de maestra ejerció la docencia en la escuela provincial de Estación Herrera, donde falleció siendo muy joven. El primer visitador que inspeccionó la escuela fue don Julio Cortez, en el año 1921. Luego lo sucedieron Dionisio Nieto Barros en 1922, Ramón Martínez en 1923 y 1924, Pedro Abregú en 1925 y 1926, Ramón Martínez en 1928, Pedro Abregú en 1929, Juan Ledesma en 1930 y Domingo Maidana en 1934.
De la escuela salió el cultivo de forrajeras como el raigrás, la avena, la cebada y la alfalfa. La huerta escolar dio origen a la huerta familiar que se formaba con las plantitas que los alumnos cuidaban en el patio de la escuela.
Local escolar
El local está construido con ladrillo y barro, siendo los pisos también de ladrillo y los techos de zinc. Cuenta con dos aulas de 34 y 20 metros cuadrados de superficie, respectivamente, extendiéndose a lo largo del edificio orientadas hacia el este y oeste dos galerías. Cuenta además con una pequeña dependencia, utilizada como depósito.
El mismo no reúne las exigencias didácticas y pedagógicas por la ubicación de viejos horcones, además de gruesos, que sirven de columna, obstaculizando la visual al frente del aula, lugar en que se hallan dos pizarrones e impidiendo el libre desplazamiento y reduciendo el espacio.
Por otra parte, carece de condiciones térmicas, ya que debido al material de los techos es muy frío en invierno y excesivamente caliente en verano. Igualmente es deficitaria la acústica y, por último, su aspecto estético deja mucho que desear.
Tiene dos baños de un 1,5 m2 de superficie construido con el esfuerzo de los vecinos, divididos entre sí y destinados para varones y mujeres, respectivamente.
En el año de las Bodas de Oro, el personal se propuso como tarea interesar a los vecinos y en especial a los exalumnos para comenzar a preparar los festejos.
Como primera medida se formó una comisión de exalumnos y se renovó la sociedad cooperadora. Ambas trabajaron eficazmente en las tareas de reparación del edificio escolar, basándose en los beneficios obtenidos de fiestas organizadas ex profeso.
Además, es digno destacar la tarea y el empeño puesto en la organización de los actos preparados, para ser efectuados el día 18 de septiembre.
