Nacido en Salta en 1961, Héctor Jojot vivió varios años en Paraguay, donde estudió informática, y en 1987 se mudó a Nueva York para trabajar en sistemas en una compañía financiera en las Torres Gemelas. "Parecía una nube atómica. Era polvo y muerte, todo junto mezclado allí", contó en una entrevista hace unos años a Clarín.
"Estábamos conversando con mis compañeros, en una oficina donde la mayoría eran operadores de bolsa, y de golpe escuchamos un golpe, como si fuera un accidente de auto. Sentimos los vidrios que se rompían y de repente un gran sacudón en el edificio, como un enorme terremoto. Los bloques del cielorraso comenzaron a caer del techo y nos quedamos mirándonos unos a otros, sin entender lo que estaba pasando. Se nos cortó la respiración. Esperamos allí unos segundos y en ese instante entró uno de mis colegas que acababa de salir del ascensor, completamente quemado, y nos dijo: Alguien puso una bomba en el edificio. Allí comenzó la desesperación de saber que teníamos que salir, aún sin saber qué había pasado", relató.
Jojot trabajaba en el piso 83. Mientras bajaba corriendo con sus compañeros, cuando estaba por el piso 45 se escuchó el segundo impacto. Había gente que estaba quemada por completo, cuenta. "Fuimos los últimos en poder salir con vida".