Una de las ciudades emblemáticas en la provincia está cumpliendo su 137° aniversario, pero con mucha carga histórica por detrás, con un rico bagaje cultural y un aporte único para la espiritualidad de todos los santiagueños.
La tierra de la cual se festeja un aniversario más cuenta en sus anales distintos sucesos y acontecimientos de los cuales decantaron lo que hoy es un cúmulo de historias ricas en cultura y en preponderancia religiosa para todos los santiagueños.
Primeros registros
En 1589, la carreta que transportaba la imagen de la Virgen María se detuvo sin explicación alguna y, como pulsión mística, el animal que traicionaba quiso que en ese suelo quede la santísima figura, la cual fue colocada en el rancho de una nativa, Lula Paya. Posteriormente, se la trasladó a una capilla mandada a construir por doña Catalina Bravo de Zamora. Allí nació una villa sin nombre alrededor de la devoción a la Virgen de Loreto, conocida como la madre milagrosa Mamay Nokaf.
Los demás registros datan del año 1806, pues Loreto figura por primera vez en los contingentes santiagueños enviados a Buenos Aires, debido a las invasiones inglesas. Pero hacia el siglo XVI, el departamento era un paso obligado por el lugar, hacia 1755 siendo camino de postas de Buenos Aires a Potosí.
Luego de sobrevivir violentos terremotos, la histórica Villa Loreto es arrasada por las aguas del Mishky Mayu en noviembre de 1908, el verdadero hecho histórico que marcó el comienzo de una nueva comunidad, cuando el desborde del río empujaría una parte de la población del viejo Loreto hasta Villa San Martín. Es así que algunos pobladores llegaron acompañados por la imagen de la Virgen de Loreto a la Villa fundada junto a los andenes del ferrocarril Belgrano.
Así pues, hace 137 años el gobernador Pedro Únzaga firmó el decreto de expropiación de las 440 hectáreas de tierra entre el río Dulce y las vías del ferrocarril Belgrano, para fundar la Villa San Martín, la cual hoy se denomina ciudad de Loreto, “Capital del Rosquete” y suelo donde la Virgen “patrona de la aviación” reside y cubre con su manto a todos los pobladores que hoy festejan un año más de vida, luego de sismos e inundaciones para estar firmes y de pie a un nuevo y próspero porvenir.
El poema de Fortunato Juarez cuenta su historia
Desde la expresión musical más acérrima y autóctona, el autor, poeta y compositor que el año pasado se cumplieron 20 años de su paso a la inmortalidad, Fortunato Juárez, quien esgrimió una obra que hasta ahora es un clásico en el cancionero popular argentino y que retrata cómo fue la creación de la ciudad de Loreto.
Es en las líneas de “El violín de Tatacu”, como la Villa Loreto fue a devenir en ciudad, luego de una inundación en la cual el protagonista de dicho “gato” salvó a la población con su bote y era reconocido en su lugar como un gran ejecutor del violín.
“Pucha! qué lindo pago
fue la Villa Loreto,
rodeada de gente feliz
de paz y respeto,
casitas con recovas
y lindos parapetos...”, así describía el lugar de donde provenían los que luego se fueron hacia Villa San Martín.
“Así llegó el día
que es tan triste contarlo.
El río Dulce y su bravura
se llevó a Villa Loreto
y Tatacu con su bote
salvando a la población”, cuenta como recuerdo de un trágico suceso que se inmortalizó en un poema para luego llevarlo a un gato.
Madre de todo un pueblo de fe y mariano
Cada 10 de diciembre se festejan las populares fiestas patronales, en conmemoración de su patrona la Virgen de Loreto.
Loreto se caracteriza básicamente por sus tradiciones ancestrales, como las fiestas patronales de la Virgen de Loreto, “patrona de la aviación argentina” y por un producto artesanal comestible, el rosquete (una masa dulce en forma de rosca bañada con merengue) de delicioso sabor. Cuenta con diferentes instituciones deportivas, como los clubes Unión Obrera, Sportivo Loreto, El Remanso, San Martín y Alberdi.
La imagen de la Virgen es de madera y mide 79 cm. fue traída por una tropa de carretas, que procedía del sur e hizo alto en Capilla Vieja, un paraje llamado con el nombre indígena Llajta Mancu, hoy es una fiesta religiosa única y fuente de fe cristiana.
