
Era un 27 de abril de 2010, cuando en el acto central por la Autonomía Provincial en la ciudad de Quimilí, la recreación de aquellos 317 valientes, los Patricios Santiagueños que pelearon por la libertad de nuestra Nación en los vastos campos del Alto Perú, daba sus primeros pasos redoblados encabezando el desfile, para reescribir esa historia que les había sido legada con la obligación de continuarla.
El Cuerpo de Patricios Santiagueños fue creado por iniciativa del gobernador Gerardo Zamora, actual primer mandatario provincial, en el seno de la Policía mediante el Decreto N°428/2010 de fecha 13 de abril, como un homenaje a los doscientos años de historia de la Patria y como un reconocimiento a los héroes de la Patria chica.
Esta acertada iniciativa tiene como finalidad rescatar la memoria, los valores y las tradiciones que forjaron el sentimiento patriota, no solamente en nuestra provincia, sino en todo el contexto nacional. Porque aquel Batallón de Patricios Santiagueños, creado por voluntad y decisión de Juan Francisco Borges, fue un antecedente que optaron los pueblos de la región y que encendió la llama de los pueblos libres.
En la actualidad, los Patricios Santiagueños tienen como función específica la custodia del Centro Cultural del Bicentenario, que días atrás cumplió 10 años, como también el resguardo de aquellos lugares de relevancia histórica e institucional de la provincia, el cuidado del patrimonio cultural y la participación en conmemoraciones públicas, actos y ceremonias, como guardia de honor y compañía de las autoridades.
Su presencia y prestancia ya es tradicional y no pasa desapercibida para los santiagueños y foráneos, porque sus uniformes son el reflejo de la historia y constituye un honor vestirlo, como también un motivo distintivo por la función que cumplen y los espacios a los que tienen el deber de proteger.
Características de sus uniformes
El uniforme de gala es una recreación de los que estuvieron reglamentados en la época colonial para los oficiales, quienes debían contar con un uniforme de lujo o costoso para vestir en ocasiones festivas o especiales. En tanto, el uniforme de servicios generales era el que lucían los subalternos que formaban el Batallón de Patricios Santiagueños, al momento de incorporarse al Ejército del Norte en 1810.
Sus colores no son antojadizos, porque el celeste, el blanco y el azul eran los colores clásicos de la época y representaban la autoridad y la fe, conceptos y virtudes tan arraigados en la tradición monárquica y religiosa de entonces. La creación del Cuerpo de Patricios Santiagueños también fue un modo de honrar a la “Madre de Ciudades”.