La lucha contra la propagación del coronavirus en nuestro país se lleva adelante en cada centro de salud disponible y con el uso de los mayores recursos materiales y humanos. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires es uno de los puntos geográficos donde los contagios de Covid-19 se dispararon con mayor fuerza y el trabajo del personal de salud requiere de un gran esfuerzo y compromiso.
El Dr. Carlos Mariano Amánquez, reconocido traumatólogo santiagueño del hospital Juan A. Fernández, formado en prestigiosos centros de EE.UU. y Europa, quien actualmente se desempeña como subdirector médico en el hospital de rehabilitación Manuel Rocca, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, brindó de manera exclusiva a Nuevo Diario su testimonio sobre el trabajo que se lleva adelante en relación a la pandemia, en uno de los lugares de mayor riesgo del país.
“En el hospital Rocca implementamos rápidamente —en base a los manuales establecidos— un comité de crisis y a través de ello el armado del triage, para entrada y salida de todo el personal y visitas al nosocomio. El objetivo siempre fue el control de temperatura con termómetro digital y preguntas sobre el estado de salud. Sobre todo, se requería información sobre la presencia de algunos de los síntomas de la patología”, estableció de manera introductoria el Dr. Amánquez.
“Implementamos, también desde un primer momento, el uso inmediato de barbijos quirúrgicos para todo el personal administrativo, técnicos, auxiliares y profesionales médicos y no médicos, para que puedan desarrollar sus actividades dentro del hospital. Además, una parte del personal en forma voluntaria, se dedicó a fabricar artesanalmente los llamados tapabocas. Hasta la fecha, todo este trabajo, nos ayuda a controlar y detectar casos, y observamos que el personal de salud que trabaja en diversos sectores, es el más expuesto. Sobre esto, hay que agregar que realizamos diariamente un entrenamiento de todo el personal para la utilización de EPP, y rápidamente comenzamos a guiarnos y aplicar todas las indicaciones y protocolos determinados por el Ministerio de Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que se fueron adaptando a veces en forma diaria, por el dinamismo de la patología de por sí”, agregó.
En relación al aumento de la cantidad de contagios y la proyección de los mismos, el Dr. Amánquez afirmó: “Los virus son enemigos invisibles con los que se debe pelear, sobre todo cuando hay sociedades y hombres con falta de responsabilidad. Esto lleva 120 días aproximadamente, y aún no está controlado. Lo más complejo es evitar el contagio. Insisto en un punto: la responsabilidad y la sensatez de cada persona es lo que nos da mayor seguridad en estos casos y se han observado infinidad de contagios basados en la imprudencia de los actos individuales”, enfatizó.
“Es una realidad muy difícil de afrontar, requiere de mucho esfuerzo y aplicación de los protocolos. ”, sostuvo el profesional.
Realizando un análisis de los origines del virus que hasta el día de hoy, se sigue propagando por el mundo, el Dr. Amánquez, explicó: “Si bien el inicio fue en China, y aun sabiendo que algo complejo estaba sucediendo, las personas siguieron viajando por todo el mundo. Esto privó de que países como Inglaterra, España, Francia, Italia, Rusia, Alemania, Estados Unidos, por nombrar algunos, no armaran protocolos de prevención para evitar la expansión del virus. Por lo tanto fue muy difícil soportar el inicio de este mal, potenciado por la no información de las autoridades de salud desde su lugar de origen. Los primeros informes fueron confusos, sobre todo en Latinoamérica, ya que todo lo que íbamos sabiendo llegaba a través de informes expresados por la prensa Internacional. En lo personal, empecé a tener definiciones cuando un ex miembro del Servicio Exterior Argentino en la República Popular China, Mario Quinteros, que reside actualmente en China, me envía por mail el primer Manual de Prevención y Tratamiento del Covid-19, editado entre el 4 y 9 de marzo de 2020, en la universidad de Zhejiang. En Argentina, el primer caso de contagio se registra el 3 de marzo de 2020, y el 7 de marzo el Ministerio de Salud confirma el primer muerto del país a causa de este virus. Demostrando que tenía un alto poder de contagio y una letalidad que rondaba el 5%, y que generaba pacientes asintomáticos y sintomáticos. Los síntomas eran: fiebre, tos, dolor de garganta, dificultad para respirar. Luego se ampliarían los síntomas en diarrea, pérdida del olfato y del gusto. La prevención fue en conservar las conductas de higiene estrictas (toser en el pliegue del codo, lavarse las manos con frecuencia con abundante jabón, utilizar alcohol en gel, distancia social a metros), todo fue acelerado, ágil y dinámico en los cambios diarios de la expresión preventiva”.
“Es importante destacar que esto lo solucionamos todos, cumpliendo las instrucciones de gobierno, demostrando una vez más que la salud de los pueblos, va siempre acompañada de determinaciones políticas. Quisiera dejar como reflexión, que todos los países del mundo, deberían revisar y actualizar su sistema de salud, ya que quedó demostrado que ninguno estaba preparado para emergencia sanitaria de tal magnitud. Además, quiero destacar la seriedad con que algunos gobernadores de las distintas provincias, han tomado esta pandemia y orientado estrictamente como se debe proteger a sus habitantes. Lo peor que podemos hacer como sociedad es confiarnos, por lo tanto, mantener las conductas de prevención sobre todo cumpliendo con el aislamiento social, utilización de barbijos y las conductas de higiene mencionadas. Deseo lo mejor para la recuperación íntegra de nuestro país, pero sobre todo a mi querida provincia Santiago del Estero, que está perfectamente cumpliendo sus objetivos. Agradezco a Nuevo Diario, por permitirme expresar mi testimonio, en esta situación que tanto nos preocupa y ocupa”, concluyó el destacado profesional santiagueño.