Con el fallecimiento de Salvador Lo Bruno, Santiago del Estero pierde a uno de los hombres generadores de empresas pujantes que aportaron significativamente al desarrollo industrial y comercial de la provincia en las últimas décadas. Santiagueño por adopción, había nacido en Calabria, Italia, al igual que sus tres hermanos menores. Como todo hijo de inmigrantes italianos que llegaron a nuestro país dejando atrás las nefastas consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, con la voluntad a flor de piel para dedicarse de lleno al trabajo y a cimentar un futuro mejor para su familia, con una visión que no solo se circunscribía a dedicarse de lleno al crecimiento de lo que emprendían, sino que dedicaban esos esfuerzos pensando en sus futuras generaciones, Salvador Lo Bruno, como sus hermanos, aprendió de sus padres “la cultura del trabajo”, consistente en la dedicación, esfuerzo, constancia y persistencia en su labor y en los fines que se proponía alcanzar.
Salvador Lo Bruno llegó a Santiago del Estero en 1950, teniendo 13 años de edad. Su padre ya trabajaba en la empresa La Argentina desde 1948, empresa de sanitarios que era propiedad de su hermano, y desde la cual fuecreando las condiciones para tener su propio emprendimiento comercial que se llamó La Casa del Soldador. “Empezamos de abajo”, contaba Salvador Lo Bruno. Su tesón sin descansos propició que dos años después trabajara en una casa de radiadores y al poco tiempo formó una sociedad que se transformó en Bagnasco- Lo Bruno. “Luego ideamos dos negocios más de ese rubro, uno de los cuales fue mío”, relataba con la nostalgia que demuestra una satisfacción por lo alcanzado años más tarde, como el ejemplo más acabado de Lo Bruno Automotores y una de las más reconocidas constructoras, entre otras empresas.
Hoy, el grupo Lo Bruno creado por Salvador, está conformado por reconocidas empresas que seguirán a cargo de sus hijos varones, siendo el mayor Ricardo.
Cuando don Salvador llegó a Santiago, la ciudad aún se mostraba con sus antiguas casonas y escasa actividad comercial. Pero con hombres visionarios como él, fueron creándose empresas y condiciones de trabajo para que los santiagueños dejaran de emigrar en busca de sustento a otras provincias. Por eso, la figura de don Salvador Lo Bruno, es una de las que ahora pasan a distinguirse en la galería de los pioneros, emprendedores y transformadores del Santiago pujante que las nuevas generaciones hoy están viendo y viviendo. Don Salvador Lo Bruno, siempre estará presente en nuestra memoria como un hacedor del progreso.