En medio de tensiones y debates sobre el descongelamiento de haberes de los legisladores previsto para 2025, el Senado se enfrenta a una nueva controversia. Este mes se activó la llamada "dieta 13", un beneficio aprobado en abril pasado, que permitirá a los senadores recibir medio aguinaldo en enero, equivalente a aproximadamente 2,5 millones de pesos en bruto.
El origen de la dieta 13
La medida fue aprobada en abril en el recinto, cuando oficialismo y oposición pactaron un nuevo sistema de dietas. Este establece 2.500 módulos base, con adicionales de 1.000 por gastos de representación y 500 por desarraigo, un concepto que solo cuatro senadores decidieron no percibir. Además, se sumó un pago extra, la dieta 13, para compensar el aguinaldo, incrementando los ingresos legislativos desde entonces a más de 7 millones de pesos en bruto mensuales.
Congelamiento de haberes y futuro aumento
En julio, tras una suba del 6,6% para empleados legislativos que también impactaba en los senadores, la Cámara alta decidió congelar sus haberes hasta el 31 de diciembre en una votación unánime. Sin embargo, el descongelamiento programado para 2025 podría disparar las dietas a más de 9 millones de pesos en bruto, considerando el valor actualizado del módulo, fijado actualmente en $2.225,25.
Aunque algunos legisladores proponen extender el congelamiento, la falta de consenso genera un escenario de incertidumbre. En este contexto, se debate si los aumentos acumulados durante el congelamiento deben aplicarse automáticamente o si se mantendrán las cifras actuales.
Impacto del esquema de Ganancias y críticas internas
El nuevo esquema del Impuesto a las Ganancias sancionado con el paquete fiscal complicó aún más el panorama. Según varios senadores, ahora todos los conceptos de las dietas están gravados, lo que generó reducciones en sus ingresos comparando noviembre con octubre.
A esto se suma una crítica recurrente sobre la calidad legislativa. Asesores y directivos de la Cámara son vistos como más competentes que muchos senadores actuales, reflejando una degradación institucional que afecta tanto al Senado como a Diputados.
El trasfondo del problema: el financiamiento de la política
La controversia por las dietas refleja un problema estructural: el financiamiento de la política. Aunque los ingresos de los legisladores han perdido poder adquisitivo con el tiempo, las comparaciones inevitables generan indignación en una sociedad golpeada por la crisis económica.
La discusión sobre el costo de la política y su impacto en la calidad de la representación sigue abierta, con el Senado enfrentando un fin de año marcado por tensiones internas, cuestionamientos públicos y una difícil tarea de recomposición institucional.
