La primera semana de sesiones extraordinarias del Congreso dejó en evidencia la falta de avances significativos en torno a los proyectos propuestos por el gobierno de Javier Milei. Entre ellos, destaca la reforma electoral, que incluye la eliminación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), y que enfrenta serios obstáculos políticos y logísticos.
Si bien el oficialismo tiene en agenda sesiones para el jueves 6 y martes 11 de febrero, las negociaciones aún se encuentran en una etapa preliminar. Los jefes de los bloques dialoguistas recién se reunirán la próxima semana con el presidente de la Cámara de Diputados para realizar un conteo de votos y evaluar posibles modificaciones en los textos propuestos.
Cambios con límites: el espíritu de los proyectos
Desde el oficialismo trascendió que están dispuestos a aceptar ajustes en las iniciativas siempre y cuando se respete el “espíritu de los proyectos”. Sin embargo, subrayaron que la última palabra la tendrá la Casa Rosada, que históricamente ha mostrado resistencia a ceder terreno frente a la oposición.
En este contexto, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se reunió el martes pasado con Cristian Ritondo y Rodrigo de Loredo, líderes de los bloques del PRO y la UCR, respectivamente. En dicho encuentro, ambos ratificaron su apoyo a iniciativas como el proyecto de Ficha Limpia, el juicio en ausencia y la reiterancia, aunque la reforma electoral generó tensiones.
Posturas divididas sobre las PASO
La eliminación de las PASO se enfrenta a divisiones internas en la oposición. Mientras el PRO propone suspenderlas temporalmente en 2025, el radicalismo apuesta por acotarlas en el tiempo y reducir sus costos. Por otro lado, el Frente Renovador de Sergio Massa presentó un proyecto para suspender las primarias en la provincia de Buenos Aires, donde la indefinición del peronismo ha complicado las negociaciones.
Los libertarios, aunque no lo expresan públicamente, admiten que la suspensión de las PASO a nivel nacional es el escenario más probable. Esta postura se sostiene en la expectativa de que el peronismo y el radicalismo aporten votos clave debido a las presiones de sus gobernadores, quienes ven en esta medida una oportunidad para fortalecer su control en los distritos.
El dilema peronista y los tiempos legislativos
Uno de los mayores obstáculos para la reforma electoral es la falta de consenso dentro del propio peronismo. La bancada liderada por Germán Martínez aún no ha definido una posición clara, ya que espera directrices de Cristina Fernández de Kirchner. Este retraso afecta directamente las negociaciones, especialmente porque la decisión de suspender las PASO a nivel nacional también impactaría en la provincia de Buenos Aires, generando tensiones con el gobernador Axel Kicillof.
Además, los tiempos legislativos apremian. El Senado requiere un intervalo reglamentario de siete días entre la firma del dictamen y la sesión en el recinto, lo que deja poco margen de error para aprobar los proyectos antes de que finalice el período de sesiones extraordinarias el 20 de febrero.
¿Ficha Limpia primero?
Ante las dificultades para llegar a acuerdos sobre las PASO, el Gobierno evalúa priorizar la discusión del proyecto de Ficha Limpia, que cuenta con mayor consenso entre las fuerzas políticas. Según fuentes cercanas al oficialismo, esto permitiría ganar tiempo para negociar con el peronismo y avanzar en los temas más polémicos.