En una medida que genera fuertes repercusiones, el Gobierno anunció el despido de más de 100 trabajadores de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual (DPSCA), organismo creado en 2009 bajo la Ley de Medios. La decisión, anunciada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, forma parte del denominado "plan motosierra" impulsado por el presidente Javier Milei para reducir el gasto público.
Una reestructuración polémica
Según Sturzenegger, la resolución 107 reduce la planta de 144 empleados a solo 40 y pone fin a varias actividades del organismo, como el uso de un estudio de televisión portátil que, en palabras del ministro, “recorría la costa adoctrinando a niños en contra de los críticos del kirchnerismo”. Además, se rematarán bienes de la entidad para aliviar su estructura.
El ministro señaló que, desde su creación, el DPSCA fue utilizado como “herramienta para perseguir al periodismo independiente”, y aseguró que su funcionamiento costó al Estado argentino más de 70 millones de dólares en los últimos 15 años.
Críticas al pasado y un debate abierto
Sturzenegger sostuvo que el organismo dio empleo a una gran cantidad de militantes rentados, señalando que “aproximadamente la mitad de los empleados eran del partido de La Matanza”. Asimismo, cuestionó la necesidad de instituciones como la Defensoría, sugiriendo que el Congreso debería debatir su continuidad.
Por otro lado, el ministro destacó que la medida responde a un estilo de gobierno “transparente y abierto”, en contraste con lo que describió como prácticas del kirchnerismo, que “disciplinaba a la prensa utilizando recursos públicos”.
Cambios en la gestión
La Defensoría del Público, actualmente liderada por Soher El Sukaria, depende del Poder Legislativo. Sturzenegger reconoció los esfuerzos de Martín Menem desde la Cámara de Diputados para reducir el gasto político en el Congreso, al tiempo que elogió la postura del presidente Milei, describiéndolo como un líder "polemista" que fomenta el debate de ideas sin usar dinero público para amedrentar a opositores.
