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Política

La destitución de Kueider elevó la tensión en el Gobierno

Las autoridades nacionales buscaron minimizar el cambio en la banca del Senado, que ahora será ocupada por una dirigente de La Cámpora, pero analizan los pasos a seguir. La relación Milei-Villaruel, cada vez peor.

La destitución del senador Edgardo Kueider, un aliado estratégico del oficialismo, profundizó las tensiones políticas en el Gobierno y complica aún más la posibilidad de convocar a sesiones extraordinarias en el Congreso. La banca que ocupaba el legislador entrerriano será asumida por Stefanía Cora, dirigente de La Cámpora, lo que supone un nuevo desafío para el Ejecutivo en su intento de lograr consensos legislativos.

 

La expulsión de Kueider: contexto y repercusiones

La decisión de expulsar a Kueider, quien enfrentaba acusaciones tras ser descubierto con 200 mil dólares sin declarar en la frontera con Paraguay, generó divisiones tanto en el Congreso como en el seno del oficialismo. Aunque el legislador había ingresado al Senado por el Frente de Todos, en los últimos meses había actuado de manera independiente, alineándose en ocasiones con La Libertad Avanza (LLA).

En un principio, el bloque libertario liderado por Javier Milei planeaba rechazar la expulsión, pero finalmente apoyó la medida para evitar ser percibido como defensor de un acusado de corrupción. Esto permitió que la banca de Kueider quedara en manos de una referente kirchnerista, lo que generó malestar en sectores del Gobierno que preferían una suspensión temporal para evitar que su reemplazo fortaleciera a La Cámpora.

 

División de poderes y conflicto interno

El episodio también puso en evidencia tensiones internas en el oficialismo. La Vicepresidenta fue criticada por su rol en la sesión del Senado mientras el Presidente se encontraba de viaje. Desde Balcarce 50, se argumentó que presidir el Congreso mientras ejerce como presidenta interina violenta la división de poderes. Sin embargo, descartan impugnar la sesión por considerar que hacerlo implicaría admitir un grave fallo institucional.

El Presidente fue tajante al declarar que “la sesión es inválida” debido a esta irregularidad, aunque aclaró que el procedimiento podría repetirse. Por su parte, Victoria Villarruel, presidenta provisional del Senado, se defendió asegurando que nunca recibió la notificación formal para asumir como presidenta interina durante la ausencia del mandatario.

 

Impacto en el Congreso y las sesiones extraordinarias

La llegada de Stefanía Cora al Senado complica aún más el panorama legislativo para el Gobierno. Con la necesidad de aprobar proyectos clave, como los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para la Corte Suprema, la pérdida de un voto independiente como el de Kueider supone un golpe importante.

Además, otros movimientos recientes en el Congreso, como la licencia del radical Víctor Zimmermann, quien se sumó al gabinete del gobernador de Chubut, también restan aliados al oficialismo. Aunque Zimmermann no renunció formalmente para evitar que su puesto sea ocupado por un crítico de Milei, su ausencia sigue siendo un problema para las negociaciones en el recinto.

En este contexto, fuentes cercanas al Gobierno consideran que la convocatoria a sesiones extraordinarias en diciembre o incluso febrero es poco probable. “Sin consenso en los temas prioritarios, no tiene sentido convocar”, señalaron desde Casa Rosada.

 

Relación con la oposición y desafíos futuros

El conflicto también dejó en evidencia tensiones entre el oficialismo y los bloques opositores. En particular, sectores del Gobierno responsabilizaron al PRO, encabezado por Luis Juez en el Senado, por facilitar la llegada de Cora al apoyar la destitución de Kueider. La postura ambigua del partido amarillo durante la votación reflejó una estrategia de presión que terminó favoreciendo al kirchnerismo.

Pese a las tensiones, el Ejecutivo busca recomponer el vínculo con los gobernadores de Juntos por el Cambio, quienes han manifestado su descontento por la falta de avances en temas como el Presupuesto. Algunos mandatarios provinciales han comenzado a adherirse al régimen de cancelación de deuda propuesto por el Gobierno, lo que podría abrir una puerta para futuros acuerdos.

 

Un escenario político complejo

La destitución de Kueider es solo un capítulo más en el complicado escenario político que enfrenta el oficialismo. Con un Congreso fragmentado y crecientes tensiones internas, el Gobierno deberá redoblar esfuerzos para alcanzar acuerdos que permitan avanzar en su agenda legislativa. La incorporación de una dirigente de La Cámpora al Senado refuerza al kirchnerismo, pero también pone de manifiesto las dificultades para sostener una coalición unida y efectiva en medio de una creciente polarización.

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