El Hospital Garrahan, una de las instituciones pediátricas de alta complejidad más importantes de Latinoamérica, atraviesa una grave crisis institucional y laboral. Según denunció Esteban Argañaraz, delegado de la junta interna de ATE en el hospital —y camillero con más de 12 años de experiencia en la institución—, en declaraciones a Radio LV11, la situación ha llegado a un punto límite: más de 200 trabajadores han renunciado en lo que va del año, motivados por los bajos salarios, el deterioro de las condiciones laborales y la falta de respuestas por parte del gobierno nacional.
"Estamos viendo cómo el hospital se va vaciando de a poco. Médicos que se formaron durante años en la institución se van porque, como dicen ellos, 'con la vocación no se come'. La situación es insostenible", señaló Argañaraz en ADN de Radio.
La denuncia no solo apunta a la pérdida de recursos humanos esenciales, sino también al deterioro general de las condiciones en las que se desarrolla la atención médica. Argañaraz explicó que, pese a los logros obtenidos en las luchas sindicales del año pasado —incluidos diez paros y algunas mejoras parciales—, el hospital sigue enfrentando un grave proceso de desmantelamiento.
"Este hospital atiende el 40% de los casos de cáncer infantil en el país. Realiza trasplantes cardíacos, hepáticos, y trata enfermedades de altísima complejidad. Defender el Garrahan es defender la salud pública y la vida de los niños", remarcó el delegado.
En este contexto, los trabajadores denuncian un ajuste brutal por parte del gobierno nacional, que se manifiesta en la falta de inversión, en sueldos que no alcanzan a cubrir el costo de vida —incluso para residentes y enfermeros altamente especializados—, y en medidas que, según Argañaraz, intentan desviar la atención pública.
Uno de los blancos de las críticas fue el vocero presidencial Manuel Adorni, quien declaró recientemente que en el hospital “hay plata pero se distribuye mal”, y que “hay trabajadores de más”, en referencia al personal administrativo. Ante estas declaraciones, Argañaraz respondió de forma contundente:
"Eso es una falacia. Faltan trabajadores, no sobran. Nos están mintiendo para justificar un ajuste que afecta directamente a la salud de la niñez y la adolescencia", denunció.
Además, cuestionó la implementación de un control biométrico de asistencia, aún sin funcionamiento, que el gobierno presentó como una medida de orden, pero que para los trabajadores es una maniobra distractiva: “Son chicanas que generan indignación, tanto en nosotros como en la sociedad. Están jugando con la vida de los niños”, enfatizó.
En medio de este panorama, los residentes del Garrahan también profundizan su lucha. Este miércoles, a las 12 del mediodía, realizarán una conferencia de prensa tras una reunión con autoridades, donde anunciarán cómo continuarán con las medidas de fuerza. La semana pasada realizaron tres días de paro, y para esta semana ya fue declarado un paro por tiempo indeterminado.
ATE, por su parte, convocó a una asamblea general para el martes próximo, donde se definirán nuevas acciones frente a la falta de respuestas concretas del gobierno. Las críticas también se dirigieron al ministro del Interior, Guillermo Francos, cuya postura fue calificada como “repudiable” por los delegados sindicales.
"Necesitamos el apoyo de toda la comunidad. Esta no es solo nuestra lucha, es una lucha por todos, por la salud pública y por el derecho de los niños a recibir una atención digna", concluyó Argañaraz.