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Política #Política

Larreta y Bullrich desestiman el "reinicio" propuesto por Vidal y la tildan de insensata

El planteo de Vidal no cayó bien en sus otros dos correligionarios presidenciables, que declinan levantar sus fórmulas frente al avanzado panorama electoral, incluso si eso supone agravar la situación del bloque.

Arde Juntos por el Cambio: Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, los dos nombres más sonados de las precandidaturas de la coalición opositora, comunicaron su contundente negativa al pedido de María Eugenia Vidal, que exhortó una suerte de "reinicio" del partido, ejecutable a partir de la baja de todas las candidaturas en el frente.

 

Sin embargo, la jugada no le salió bien y, al igual que ocurrió con la propuesta de Milei, solo logró profundizar aún más la fractura en el bloque del Cambio, ya que tanto el jefe de Gobierno porteño como la exministra de Seguridad rechazaron enérgicamente seguir sus directrices. "No tiene sentido", sostienen.

 

A pesar de que Vidal insistió en que sería lo mejor para acomodar la estrategia de gobierno de la coalición, los armadores de Bullrich y Larreta recibieron la propuesta con recelo, y expidieron un rechazo como respuesta casi instantáneamente. Desde las filas de los presidenciables, deslizaron que todo parece una línea de acción vidalista para preparar su propia baja de la carrera electoral.

 

 

"Es fácil bajarte cuando no medís. Vidal necesita construir agenda, esto es un tiro al aire a ver qué pasa", manifestaron desde el entorno de Bullrich.

 

 

Por otra parte, los operadores de Larreta aportaron un marco alternativo al pedido de Vidal, encajándolo más en una solicitud de unión y de alto al fuego que en un aliento a la rendición. Ahora, la respuesta sigue siendo la misma.

 

Entre todo el escándalo, el mandamás del corral, Mauricio Macri, permanece en silencio. Ocupado en sus viajes de influencias y negocios, el expresidente ya dejó en claro que no se referirá más a la interna. Macri aún sigue "desilusionado" —por no decir furioso— por la desobediencia de Larreta, que apuñaló a quien le supo dar de comer para contentar a su "affaire" radical, Martín Lousteau, que no duda en celebrarle las "proezas" y prometerle el incondicional apoyo.

 

De esto extraemos dos conclusiones: Juntos por el Cambio se niega a disolver lo disuelto, y Larreta tiene el deber de imponerse en los próximos comicios si su ambición va más allá de quedar relegado en el camaranchón político.

 

Por Facundo Xavier Ferrera Flores, para Nuevo Diario

María Eugenia Vidal
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