
Una travesura pudo haber terminado en una tragedia. Alrededor de las 13.30 de ayer, un niño de 8 años se encontraba en una habitación de un domicilio de inmediaciones de las calles Güemes y Milburg del barrio Rivadavia. En esa circunstancia, estuvo jugando con un encendedor, hasta que quemó el colchón. El fuego se expandió rápidamente y el humo se apoderó de todos los ambientes.
El incendió generó la reacción de vecinos que solicitaron ayuda. La abuela logró salir con una crisis de nervios y dijo que el menor estaba adentro. Como primera medida, el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de la Capital ingresó a la casa, aunque no pudieron hallar al niño. Sin embargo, el menor ya había salido antes por sus propios medios y se había alejado "por miedo" a los reproches por la travesura.
Los servidores públicos lograron sofocar las llamas y "enfriar" el sitio para evitar que se reavivara el fuego. Cuando se disipó el humo, se apreció los daños totales en la habitación donde se quemaron la cama y otros muebles y pertenencias.
El siniestro provocó que la abuela del menor sufriera una crisis de nervios, por lo que tuvo que ser asistida por paramédicos del Sease, al igual que el menor de 8 años.
Los bomberos voluntarios aconsejaron no dejar a los menores sin vigilancia.