Marcos Quiroga tiene 27 años y es peón golondrina, oriundo de la ciudad de Beltrán —departamento Robles— y viajó a Río Negro para trabajar en el campo. Hoy pelea por su vida, tras ser baleado cuando intentó defender a un compañero.
El hecho de sangre se produjo el 22 de julio, en la localidad de Viedma. Marcos —quien tiene una hija de 9 años— se encontraba en el alquiler junto a sus compañeros. En ese momento, de manera imprevista, llegó un sujeto que tenía problemas de vieja data con uno de ellos.
Los trabajadores, que se encuentran en la provincia del sur por la cosecha de cebolla, ingresaron al alquiler. Según indicaron los testigos, el agresor comenzó a ocasionar daños en las aberturas. Mientras golpeaba las puertas y ventanas, ocasionaba destrozos en el lugar.
Para mediar, el menor de dos hermanos, salió. Según se conoció, el agresor habría intentado acuchillar a uno de los peones golondrinas. Por lo que Quiroga intentó tranquilizarlo. De acuerdo con lo manifestado por testigos, el beltranense le pidió que “se calmara” y que “se retirara del lugar para evitar problemas”. Pero la reacción del atacante fue atroz.
Quiroga intentó hacerlo entrar en razón; pero el denunciado tomó la escopeta que empuñaba y sin mediar más palabras abrió fuego contra la víctima, un disparo a corta distancia, le disparó del cual Quiroga intentó cubrirse, por lo que terminó sufriendo el impacto de bala en la axila y salió por el brazo. Quiroga, cayó malherido al suelo.
De inmediato fue trasladado al hospital de Viedma donde se le van realizando seis cirugías. El santiagueño sufrió la amputación del brazo; mientras pelea por su vida en el hospital local junto a su familia que viajó desde la ciudad de Beltrán. Ayer, según se conoció, el joven fue sometido a una intervención quirúrgica donde se determinó que su cuadro de salud es crítico.
El agresor fue detenido y tras un mes detenido, fue excarcelado con medidas de conductas y la colocación de un dispositivo dual. Mientras se toman testimonios.
“De rodillas, mi hijo le imploró que se vaya y le disparó; casi lo mató”, dijo su madre
Graciela, la madre del peón golondrina que pelea por su vida, se encuentra cuidándolo junto a su esposo. Mientras espera un milagro, que le permita a su hijo salir adelante.
“Mi hijo le pidió que se vaya, porque había niños y una persona mayor. El tipo —por el agresor— estaba muy sacado. Mi hijo pensó que cuando levantó la escopeta iba a hacer un tiro al aire. De rodillas, mi hijo le imploró que se vaya y le disparó; casi lo mató”, indicó a Nuevo Diario Graciela. Al tiempo que agregó: “Hoy mi hijo la sigue luchando. Es bastante fuerte. Lo van operando seis veces; él trata de salir y estar bien”. Por otro lado, manifestó: “Mi hijo es una excelente persona. Tiene un corazón enorme, siempre es de ayudar a quién pueda. Siempre le dará una ayuda a quien esté cerca”.