Un campeonato de fútbol reunió en Pozo del Campo, departamento Choya, a jugadores aficionados del citado paraje y de aledaños. El torneo terminó a las diez de la noche y algunos se quedaron a compartir el “tercer tiempo”. Sin embargo, a causa del consumo de bebidas alcohólicas, afloraron viejos rencores y uno de los asistentes inició una gresca con un policía que se encontraba de civil y franco de servicio.
El intercambio de trompadas provocó la reacción del propietario del predio deportivo, quien se interpuso entre los protagonistas, les pidió que dejaran de pelear y que se marcharan del lugar.
En efecto, uno de ellos, de apellido Quiroga, salió hasta el portón de ingreso presuntamente para seguir con la escena de pugilato, pero al ver que el policía no salía, comenzó a agredir verbalmente al dueño de la cancha y comerciante para que echara al otro protagonista para asesinarlo. Asimismo, lo amenazó de muerte y le recordó que tiene dos hijos, a los que podría “pasarle algo”.
El grado de agresividad que demostraba el sospechoso generó que el dueño les dijera a todos los que se encontraban en el predio que no salieran, a pesar de los insultos y las amenazas.
Mientras tanto, de acuerdo con lo manifestado por el comerciante, el acusado le pidió a su pareja que le trajera el arma de fuego. La mujer recorrió ocho kilómetros —ida y vuelta— y le entregó una escopeta que esgrimió desde el portón y amenazó de muerte a todos los jugadores y público que se encontraba en el predio. Les apuntaba, pero no realizó ningún disparo. No obstante, ante esta situación, todos se ocultaron para evitar una tragedia.
El hecho provocó que los presentes solicitaran la presencia policial. Personal de la subcomisaría de Choya se trasladó al lugar, pero el acusado ya no estaba. El caso fue informado a la Dra. Dahiana Pérez Vicens, representante de la Unidad Fiscal de Choya y Guasayán, quien ordenó que Quiroga sea aprehendido en la vía pública.
