
Tal como lo había anticipado Nuevo Diario en su edición anterior, ayer en la tarde los fiscales Natalia Saavedra y Pedro Luis Ibáñez informaron a las familias de Carolina Ledesma, la joven asesinada por su expareja en Fernández, y de Matías Loto —el autor del hecho—, que los restos óseos que fueron hallados —junto a otros objetos— en el paraje El Quemao (Robles), pertenecen al femicida.
Los fiscales reunieron ayer en la tarde —por separado— a ambas familias y dieron a conocer el informe de los estudios de ADN, realizados por profesionales del Laboratorio de Genética Forense del Poder Judicial, que confirmó —en un 99,9%— que los huesos humanos hallados eran de Loto, lo cual provocó reacciones diferentes en los receptores de tal novedad.
La primera en enterarse fue Sonia Cruz, madre de Carolina, quien estuvo acompañada por familiares y por el Dr. Franklin Moyano, abogado que los representó en el caso.
La primera reacción fue de enojo, a lo cual le siguieron sentimientos de tristeza y dolor, tanto por la pérdida de su hija, como también porque no se dio la posibilidad de que el femicida “pague ante la Justicia lo que hizo”.
El letrado reveló que a sus representados les cuesta creer que Loto esté muerto, pero se resignaron a que así sea, ya que los peritos de parte que habían ofrecido —dos odontólogos y un criminólogo— ya les habían anticipado un resultado como el que finalmente conocieron ayer.
Luego fue el turno de Luciana Loto —madre del femicida— quien también estuvo acompañada por familiares. Al recibir el informe rompió en llanto, “ya que tenía la esperanza de que no fuera”, indicaron las fuentes.
Después de matar a Carolina, Loto se mantuvo vivo un tiempo y luego se efectuó el tiro mortal
En diálogo con Nuevo Diario, el Dr. Franklin Moyano —constituido como querellante en la causa por el femicidio de Carolina Ledesma— reveló que los antropólogos “ya habían establecido que la data de la muerte se remontaba a dos meses antes del hallazgo de los restos óseos el 6 de mayo último, lo cual da la pauta que hay un tiempo, después de ocurrido el femicidio, en que Loto estuvo vivo”, remarcó.
Respecto de la causa de la muerte, el letrado indicó que los peritos “establecieron que se efectuó un disparo debajo de la mandíbula, y que el arma utilizada fue la escopeta del abuelo, quien el día del hecho sorprendió a Loto cuando se la sacaba”.
“De las pericias realizadas al arma surgió que esta había sido percutada y que los cartuchos hallados eran compatibles con el que fue detonado. “Es lamentable, pero la ciencia así lo determinó y pone fin a este triste hecho”.