Una joven de 20 años, domiciliada en un paraje del departamento Atamisqui, mantiene una relación sentimental casual con un policía, con quien convinieron en los últimos días mantener un encuentro.
Efectivamente, los protagonistas se reunieron y se trasladaron a un motel de Villa Atamisqui. Sin embargo, a poco de haber ingresado, el uniformado se enfureció y abandonó a la mujer en el alojamiento. La joven comenzó a enviarle mensajes de texto y a llamarlo, pero no atendía el teléfono.
El enojo del policía se produjo —según la mujer— porque ella no quería mantener relaciones sexuales en ese momento.
Finalmente el sujeto respondió el celular y ella le pidió que la buscara en el motel porque eran varios kilómetros para trasladarse hacia su domicilio. El uniformado cumplió y la buscó. Ascendieron al auto, donde se inició una discusión. En esa circunstancia, forcejearon y el efectivo le propinó un golpe de puño en el rostro, provocándole un corte en la boca, de donde comenzó a emanar sangre.
“Mirá en lo que terminamos, mirá lo que me hiciste hacer”, le dijo el policía a su amante, a quien le echó la culpa de la violenta situación. La víctima le pidió por favor que la llevara a su casa, lo que el sujeto cumplió.
Días después, el policía, quien se domicilia en el citado departamento, volvió a comunicarse con la joven. Le envió mensajes de texto en los que le pidió disculpas y que no lo denunciara porque le iba a generar problemas en su trabajo. La mujer le respondió que él sabía del daño que le estaba causando y que era una persona grande para hacerse responsable de sus actos.
Posteriormente, se trasladó hasta la dependencia policial, donde expuso los hechos. Fue examinada por el médico, quien diagnosticó que la joven presentaba una herida en el labio inferior y hematoma en el labio superior; además de un hematoma en el antebrazo izquierdo.
El hecho fue informado a la Dra. Andrea Juárez, representante de la Unidad Fiscal de Violencia de Género e Intrafamiliar de la Circunscripción Capital.
