“¿Seño puedo hablar con vos. Te puedo contar algo?”, le dijo una estudiante de apenas 8 años al oído a su maestra durante una clase. La docente la llevó a la dirección, donde la niña llorando reveló que era víctima de constantes abusos sexuales por parte de la pareja de su abuela materna.
Eran aproximadamente las diez de la mañana del viernes último, cuando una docente de 52 años, residente en Sumampa –departamento Quebrachos- se encontraba en el aula de 3º grado cuando una de sus alumnas se acercó a ella.
Se puso a un costado de la maestra y, al oído, pidió hablar con ella. La docente, que vaticinaba que algo malo le estaba pasando a la menor por su cambio de conducta y constantes situaciones de malestares físicos que presentaba, le respondió: “Sí, dime”.
De inmediato, la estudiante le respondió: “Podemos ir a la dirección”. Apenas salieron del aula, la menor la abrazó fuertemente y comenzó a llorar. La maestra la contuvo, la llevó de la mano y comenzaron a charlar. Entre lágrimas, la niña le reveló el calvario que estaba viviendo.
Según indicó la víctima, en varias oportunidades, la actual pareja de su abuela quedaba al cuidado de ella y de su hermano menor. Pero el depravado ingresaba a su habitación, donde la besaba en la boca y manoseaba sus genitales.
“Mi mami se fue al dentista en Ojo de Agua y mi abuela tenía que hacer cosas en el centro. Quedamos durmiendo con el novio de mi abuela que nos cuidaba. Él me despertó temprano y me besó en la boca. Me tocó en mis partes prohibidas”, indicó la menor. Al tiempo que aseguró que mientras el agresor la abusaba, forcejeó con él e intentó retirarse del lugar.
Pero el sujeto la retuvo fuertemente. Continuó manoseándola y luego le dijo que “no le contara a nadie lo sucedido porque sino iban a pasar cosas malas”. La menor indicó que “no sería la primera vez que sufre un ataque sexual de esta manera, ya que el acusado constantemente cuando queda a su cuidado la abusa”.
La docente le cuestionó “si le había contado a algún familiar lo sucedido”. Por lo que la estudiante manifestó que “no le puede decir nada a su abuela, porque cuando le dicen cosas como estas se enferma y teme por su vida”.
Ante la situación, la docente informó la situación a los directivos de la escuela primaria, quienes de inmediato radicaron la denuncia penal correspondiente en la sede policial. En el caso se dio intervención a la Unidad Fiscal de Abusos Sexuales de la Capital, que dispuso una serie de medidas judiciales a seguir.
En tanto, se dispuso que la menor reciba asistencia psicológica para afrontar la situación que le tocó vivir en manos del degenerado.
