Una angustiante situación se vivió ayer a la mañana en pleno centro santiagueño. Eran poco más de las 10 cuando una densa nube de humo comenzó a expandirse por inmediaciones de calles 9 de Julio y 25 de Mayo.
Los empleados de un maxikiosco que está ubicado en dicha intersección habían abierto sus puertas alrededor de las 7, como habitualmente lo hacen, y la mañana transcurría sin sobresaltos, hasta que cerca de las 10.20 entraron en pánico.
Una de las heladeras con las que cuenta el local se prendió fuego por un aparente cortocircuito. De inmediato, los trabajadores del negocio atinaron a desenchufar los artefactos que pudieron y tomaron el extintor que por ley deben poseer en sus instalaciones.
Con él lograron apagar las llamas y luego salieron a la vereda, ya que la atmósfera en el interior se había tornado irrespirable. Allí ya se habían juntado varios curiosos alertados por la situación, y el personal policial llegó en cuestión de segundos.
Una vez allí, los uniformados solicitaron con urgencia la presencia de bomberos. Por fortuna, ya solo restaba realizar las habituales tareas de enfriamiento para evitar un nuevo foco ígneo. Lo hicieron y pronto retornó la calma al lugar. Mientras los bomberos efectuaban dicha labor, la Policía entrevistó a una de las empleadas.
Esta fue identificada como Ana Ledesma, de 36 años y domiciliada en el capitalino barrio Villa del Carmen. La mujer, con gran angustia, explicó cómo se había originado el fuego y cuáles fueron las medidas que había tomado junto a un compañero para combatir las llamas.
Por fortuna, y pese a que la situación implicó un peligro para los trabajadores del local y también para terceros, solo hubo que lamentar daños materiales.
Entrevistada por Nuevo Diario, otra de las empleadas del local explicó que, milagrosamente, el fuego no se propagó a otras heladeras que estaban junto a la que se incendió, ni se produjeron daños en la mercadería. La Comisaría Nº 1 se hizo cargo del procedimiento.