Juan Pedro Guarino, uno de los dos jóvenes imputados y sobreseídos en la investigación del crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido en Villa Gesell en enero de 2020, declaró hoy en los tribunales de Dolores en el marco del juicio contra los ocho rugbiers acusados del ataque. Guarino expresó su vergüenza y dolor por la situación que presenció y sus condolencias a los padres del fallecido.
En su testimonio, Guarino describió haber visto a uno de los acusados, Máximo Thomsen, al lado de un chico tirado y haber pensado que se trataba de una pelea, por lo que decidió irse. También mencionó que, debido al enojo, al llegar a la finca donde residían se encerró en su pieza y no habló con nadie. Según su relato, no se enteró de la muerte de Fernando hasta que llegó la Policía.
Guarino explicó que no tenía una amistad íntima con todos los acusados, pero sí reconoció ser amigo cercano de algunos de ellos. También mencionó haber intentado cortar toda relación con ellos después del incidente. La declaración continuó con la exhibición de videos en los que Guarino intentó identificar a los acusados, aunque no logró hacerlo en varios de ellos.
El testimonio de Guarino fue uno de los más esperados en el juicio y su declaración se extendió por más de dos horas. La audiencia comenzó con un retraso de casi tres horas debido a problemas de tráfico en la autovía 2, que retrasó la llegada de Fernando Burlando. Tras el cuarto intermedio, se espera que declare Alejo Milanesi, el otro joven que fue imputado y sobreseído en la investigación, así como el "rugbier nº 11", Tomás Colazo.
En resumen, el testimonio de Guarino fue crucial para el juicio en el que ocho rugbiers son acusados del asesinato de Fernando Báez Sosa, ya que pudo esclarecer los hechos ocurridos esa noche y las relaciones entre los acusados y el fallecido. El joven manifestó su vergüenza y dolor por lo sucedido, expresó sus condolencias a los padres de Fernando y pidió que sus ex compañeros de celda "se hagan cargo" de lo que hicieron.
