Una docente de Suncho Corral, departamento Juan Felipe Ibarra, atraviesa uno de los momentos más dramáticos de su vida y no solo teme por su integridad física, sino también por la de sus hijas menores. En consecuencia, realizó denuncias y espera que la Justicia tome medidas procesales para evitar una tragedia.
La mujer estuvo en concubinato con un hombre, con el que tuvo dos hijas y que murió hace pocos meses, y de quien estaba separada por un caso de violencia de género.
El drama comenzó cuando más de una decena de familiares del fallecido, de apellidos Corvalán y Lazarte, se presentaron varias veces en su domicilio del barrio Sur, ocasión en la que le sacaron sus pertenencias y las de sus hijas a la calle. Además, le provocaron daños en los bienes. Todo fue expuesto en denuncias. La docente indicó que construyeron la casa con quien era su pareja; ella compró los materiales y el hombre edificó la vivienda. “Hasta les dije que les iba a pagar la mano de obra del padre de mis hijas, pero que no me sacarían porque es mi casa”, afirmó la docente.
Sin embargo, el constante hostigamiento y las amenazas la llevaron a comprar un terreno en las inmediaciones para evitar mayores inconvenientes, pero se equivocó. Los Corvalán y Lazarte aparecieron nuevamente en escena y usurparon el terreno que ya lo tenía perimetrado; incluso, le destruyeron un pilar para el medidor de electricidad y le llevaron el caño correspondiente en un auto. Otra vez realizó denuncia y adjuntó como en los otros casos, fotos y videos, a la espera de que la Justicia tome cartas en el asunto.
“Cada vez que salgo y dejo a mis hijas de 9 y 15 años solas, no estoy tranquila; trato de volver lo más rápido posible porque ellos pueden hacer cualquier cosa”, destacó la maestra. “No se puede vivir así, no esperen que nos maten”, indicó.