Sentían hambre. Hacía aproximadamente dos semanas que su madre y su hermana, de 22 años, los habían abandonado. Estaban solos en la casa y casi desataron una tragedia. Intentaron preparar comida para cenar y produjeron un incendio. Afortunadamente, están bien.
Las víctimas son dos hermanas de 12 y 9 años y su sobrino, de 7. Todos vivían junto a sus madres en el barrio Santa Rosa de Lima. El sábado, los menores empezaron a preparar papas fritas para comer. Accidentalmente, se desató un incendio y, de inmediato, los vecinos los socorrieron. La Policía y los bomberos lograron controlar la situación.
La madre de las hermanas, una empleada doméstica de 52 años, las abandonó para ir a vivir con su actual pareja en el barrio Industria. Mientras que la joven de 22, abandonó a su hijo para también rehacer su vida.
Las víctimas se encuentran, tras el trágico episodio, viviendo junto a su hermana mayor, de 30 años, en el barrio Independencia. En tanto, la Unidad Fiscal de Capital continúa con las averiguaciones del hecho, los menores se encuentran fuera de peligro y recibiendo la contención correspondiente.
Ayer, en diálogo con Nuevo Diario, Víctor, el padre de las niñas, reveló: “Con mentiras y engaños se llevó –en referencia a su expareja- a mis hijas y casi pierden la vida en el incendio. Digan que gracias a Dios no han estado encerrados. Son grandecitos y no estaban encerrados, porque antes ella, cuando iba a trabajar, dejaba con llave a los chicos”.
“Decía que ‘desconfiaba de todo el mundo, por lo que los dejaba encerrados’. Siempre decía ‘los tengo encerrados’”, remarcó el obrero de la construcción, quien se recupera de un grave accidente que sufrió hace unos meses. Al tiempo, agregó: “Ella nos decía que les dejaba la comida preparada para los chicos y les abría la puerta cuando volvía de trabajar. Si la casa estaba con llave, los tres chicos iban a morir incendiados en la casa. Se iban a incendiar todos. Los tres solos, qué iban a hacer. Gracias a Dios no estaban durmiendo ninguno de ellos o que no explotó la garrafa”.
La mujer, sus hijas y su nieto se encontraban viviendo en el barrio Santa Rosa desde hacía aproximadamente 3 años. Las menores, en reiteradas oportunidades, le habían manifestado a su padre que “no querían vivir con su madre porque no las cuidaba”.
“Hoy solo le pido a la Justicia que me dé la posibilidad de criar a mis hijas y a mi nieto conmigo. Tengo a toda la familia cerca, que nos puede ayudar. No les va a faltar nada y quiero que vuelvan a la escuela, que también perdieron”, puntualizó Víctor.
“Mis hijos tienen un Dios aparte, porque pudieron escapar”, aseguró Víctor
Con los ojos llenos de lágrimas al recordar el momento en que recibió la trágica noticia del incendio de la casa donde residían sus hijas y su nieto, Víctor “agradeció a los vecinos y a Dios, porque hoy estén vivos”.
“Mis hijos tienen un Dios aparte, porque pudieron escapar. Los vecinos los auxiliaron. Gracias a Dios están vivos y bien. Pudieron haber muertos quemados ahí dentro”, reveló.
Al tiempo que agregó: “Todas las noches pensaba en mis hijas, cuando me enteré de que ella estaba con otra pareja. Pero nunca pensé que le pudiera pasar algo así. Quiero recuperar a mis hijas”.
“Solo quiero que mis hijas vuelvan a vivir conmigo”, pidió el obrero a la Justicia
“Si ellas –en alusión a su expareja y a su hija- no van a cuidar a sus hijos, quiero tenerlos conmigo. Vamos a cuidarlos y tenerlos con nosotros. No querían irse con su madre, pero con mentiras las llevó”, reveló Víctor a Nuevo Diario.
Luego, remarcó: “Nunca pensé que podía llegar a hacer algo así. Le pido a la Justicia que los chicos puedan vivir con nosotros de nuevo. Tenemos miedo de lo que pueda pasar. Si ellas se hacen cargo de mis hijos de nuevo, no los va a atender. Va a ser lo mismo, unos días los va a tratar bien. Luego, va a ser lo mismo. Solo quiero que mis hijas vuelvan a vivir conmigo”.