Una vecina de la ciudad de Nueva Esperanza, departamento Pellegrini, trasladó el domingo a su hija hasta el hospital zonal. La mujer le pidió a los médicos que examinaran a la adolescente de 13 años porque había mantenido relaciones sexuales con otro menor de la misma edad y pretendía saber si estaba embarazada.
Inmediatamente, los profesionales cumplieron con el protocolo sanitario y alertaron a la Policía.
Por orden de la fiscal, Dra. Celia Inés Mussi, personal de la Comisaría 32ª realizó un informe socio-ambiental para determinar con quién vivía la menor y entrevistarse con familiares y vecinos. En esa circunstancia, la madre se “quebró” y terminó confesando que en realidad su hija había sido abusada sexualmente por un familiar mayor y el “novio” nunca existió.
De acuerdo con las primeras averiguaciones de los investigadores, la mujer —de condición muy humilde— había dejado en la casa de su tío de 60 años —hermano de su padre— a su hija menor para que ayudara en los quehaceres domésticos a la esposa del hombre y pudiera criarla, ya que no cuenta con los medios económicos suficientes para solventar su mantención. De esta manera, la adolescente pasó a vivir en la casa de sus tíos-abuelos.
Sin embargo, con el paso del tiempo —según le contó la víctima a su madre— comenzó a ser violada por su familiar. Las amenazas primaron para mantener el silencio de la menor, hasta que finalmente le contó a su madre el sufrimiento que atravesaba.
Sin embargo, la mujer intentó encubrir a su tío y armó otra “historia” al llevar a su hija hasta el hospital para que se determinara si está embarazada. La fábula duró poco y la mujer terminó contando lo que realmente sucedía.
La fiscal Mussi ordenó la aprehensión del sospechoso de 60 años, que se hizo efectiva de inmediato. El presunto depravado está acusado de abuso sexual agravado por su condición de guardador.
Por otra parte, la funcionaria judicial dispuso que la menor fuera sometida a un examen en el Cuerpo Médico Forense y se entrevistara con psicólogos.