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Opinión Redacción del Nuevo Diario

Sacrificar jubilados, no el déficit: La lección desde Nueva York

¿Quién necesita preocuparse por el bienestar de los ciudadanos si el déficit fiscal se mantiene bajo control?

Artículo de opinión por la Redacción del Nuevo Diario.

Es admirable la "valentía" del presidente Javier Milei al dejar en claro, desde el corazón financiero del mundo, que hay cosas que simplemente no está dispuesto a sacrificar. Claro, todos tenemos nuestras prioridades, y en el caso de Milei, queda claro que el déficit fiscal es su santo grial. Porque, después de todo, ¿quién necesita preocuparse por el bienestar de los ciudadanos si el déficit fiscal se mantiene bajo control?

Allí estaba, junto a los grandes magnates de Wall Street, anunciando con orgullo que no va a tocar el déficit fiscal, como si esto fuera la solución a todos los problemas de un país donde la pobreza alcanza niveles alarmantes, la inflación se siente en cada rincón, desde el boleto del colectivo hasta el entrar en un almacén, y lamentablemente, la gente apenas puede sobrevivir. Pero no, el déficit es intocable. Tal vez porque es más fácil mantener las finanzas en orden que lidiar con la complicada tarea de mejorar la vida de millones de argentinos.

Es cierto que a veces la vida nos obliga a hacer sacrificios. Milei, con la contundencia que lo caracteriza, parece haber decidido que lo que realmente importa no es la salud, la educación, o los servicios públicos de calidad para la población, sino la santidad de las cuentas fiscales. Después de todo, ¿qué son algunas vidas comparadas con una balanza fiscal en equilibrio? Nada más que estadísticas en algún informe económico.

Mientras gritaba "¡Vamos Argentina!" en la Bolsa de Nueva York, rodeado de figuras prominentes y con la seguridad de que los mercados lo aplaudían, uno no podía evitar preguntarse a qué Argentina se refería. Porque la que Milei parece ver es una Argentina en la que los números cuadran, aunque eso signifique que el ciudadano de a pie deba seguir haciendo malabares para llegar a fin de mes. Quizás sea una Argentina perfecta para los inversores, pero ¿qué pasa con el resto?

En fin, mientras el presidente celebra sus reformas y promete no sacrificar el déficit fiscal, la verdadera pregunta es: ¿a quién se sacrifica realmente? ¿A los niños que asisten a escuelas sin recursos? ¿A las familias que no pueden acceder a una vivienda digna? ¿A los jubilados que apenas sobreviven con pensiones insuficientes? Pero tranquilos, que el déficit está bajo control.

También puso el foco sobre el reciente veto por imponer una nueva fórmula de movilidad jubilatoria a través del Congreso. Y pasó a celebrar, si querido lector, a celebrar los avances en materia de combate a la inflación.

“Radicalizamos el corte de la emisión monetaria. Y ahora la inflación mayorista es del 2,1% mensual”, festejó. “Por eso Caputo va a ser recordado como el mejor ministro de economía de la historia (...) Vamos a domar la inflación, eso está en marcha”, agregó. La pregunta es, nuevamente, a costa de qué.

Quizás sea hora de empezar a preguntarnos si este es el tipo de sacrificios que estamos dispuestos a aceptar.

 

 

DS.

DS Milei Jubilados
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