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El preludio del desmembramiento social

A causa del neoliberalismo (Por Héctor Lovaiza, Lic. en Relaciones Internacionales).

El presidente Javier Milei encabezó su primer acto por el aniversario de la guerra de Malvinas donde ratificó, en un escueto discurso,” el reclamo inclaudicable” por la soberanía, aprovechando, algo inédito, de resaltar la política económica y comercial como condición para ser una Nación soberana respetada, además de criticar a los gobiernos anteriores, entre una de ellas las acciones diplomáticas y multilaterales llevadas a cabo en foros, cumbres y organizaciones internacionales considerándolas estériles, y rescatar la imagen de Roca. Así también convocó a la sociedad a iniciar “una nueva era” de reconocimiento de las Fuerzas Armadas, otra de los pilares para alcanzar el respeto, y llamó a los jefes del Estado Mayor Conjunto y a las organizaciones de veteranos de Malvinas a que formen parte del pacto de mayo que quiere firmar en Córdoba.

De este relato, siguiendo ese hilo marcado por lo inédito, no hizo mención alguna sobre el avance colonial británico, ni del saqueo de los recursos pesqueros, punto de conflicto con los gobernadores en la fallida ley ómnibus, ni del puerto que proyectan en las islas. Pero hay un elemento que ratifica esta visión sesgada por lo ideológico. Su menosprecio a lo multilateral y diplomático, considerando su nulo impacto en la realidad, como fue nombrado en el principio. ¿Nulo impacto en la realidad? La resolución 2065 de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas reconoció, en 1965, la existencia de una disputa de soberanía entre el Reino Unido y la Argentina en torno a las Islas Malvinas y estableció que el caso se encuadra en una situación colonial que debe ser resuelta. En esto, es preciso analizar. Gran Bretaña es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, por lo cual puede vetar cualquier resolución vinculante. Por ende es imperativa la diplomacia dada las incalculables diferencias en cuanto a poder en el sistema internacional.

En esta exposición, coincido con el presidente en que el ser protagonista del comercio mundial es vital para ganarse el respeto en el escenario internacional, sin soslayar que la mera existencia de una comunidad de ciudadanos organizados políticamente en un territorio, el Estado, constituye un hecho jurídico y político generador de derechos y obligaciones, pero lo económico construye poder ahora: ¿son acertadas las medidas cuyo objetivo es la liberalización absoluta?. El comercio mundial está regido por normas y tratados donde los Estados son actores elementales. Hay que observar el proteccionismo feroz de la Unión Europea, especialmente Francia, para dilatar el tratado de libre comercio. En pocas palabras, ser protagonista es un fin noble pero que va por un camino contrario a lo adoptado por el mundo.

Por último, y creo es el más expresivo de la ideología del gobierno, es la nueva era de reconocimiento de las Fuerza Armadas y su invitación a firmar el Pacto de Mayo. Ante esta postura es indudable el objetivo: la represión como herramienta de disciplinamiento de las clases medias y bajas, en la implementación de su programa económico. Los masivos despidos deben de ser reprimidos por todas las fuerzas del Estado.

El presidente expuso un discurso hipócrita e ignorante que oculta su verdadero paradigma. Esto es solo el preludio del desmembramiento social que provocará el neoliberalismo.

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