Federico Olivera tiene una pasión que heredó de la familia: el tenis. Pero además tiene a la docencia como vocación, que lleva a cabo en el club de toda su vida, el Santiago Lawn Tennis Club. Sobre la superficie de polvo de ladrillo pasó gran parte de su vida.
Y hoy, a los 26 años, su juego “explotó” de tal manera que ganó todos los torneos de Primera que se disputaron este año, a la vez que también compitió a nivel regional. Todo eso, a la par de que enseñaba a los más chicos. Doble mérito, sin dudas, el de Federico Olivera, que atraviesa un gran momento y que quiere extenderlo en el tiempo.
Él fue otro de los deportistas que nos visitó ayer, día feriado. Poco le importó la situación y el calor reinante en la tórrida jornada de lunes. Lo motivó a venir el entusiasmo por formar parte de un evento que tendrá lo más granado del deporte santiagueño: la Gran Fiesta del Deporte del Multimedio, que se llevará a cabo el próximo 11 de diciembre, en el Fórum Centro de Convenciones.
Con Federico Olivera tuvimos un mano a mano imperdible y esto es lo que nos dejó la charla.
–¿Cómo se inicia tu historia con el tenis?
–Como la de muchos chicos amigos, en el club. Yo me inicié en el tenis a los 3 años, en la escuela del club (SLTC), con todos mis amigos. Ya cuando crecimos un poco, empezamos a competir con ese mismo grupo consolidado que teníamos y aún tenemos en el club. Mi primer profesor fue mi tío, Álvaro Caldera, él fue quien me inculcó la pasión por este deporte. A medida que iba creciendo, pasé por otros profesores también, como Claudia Céspedes, Jorge Bertollotti y Gustavo “Capi” Coronel.
–¿Cómo y cuándo se te dio por enseñar esta disciplina deportiva?
–Hasta los 14 o 15 años jugué torneos locales, nacionales y regionales. Luego dejé de jugar un par de años y cuando retomé la actividad lo hice por el lado de la enseñanza. Empecé a acompañar a mi tío (Álvaro Caldera) en la enseñanza, con los más chicos. Ahí fue como que me “picó el bichito” y empecé a competir de nuevo a nivel local. Gané los torneos de Primera de este año y también competí en torneos en la vecina provincia de Tucumán, que serían a nivel regional y también en los llamados Future, la clasificación para torneos de Profesionales.
–Ahora que estás de regreso, ¿cuál es tu objetivo para 2024?
–Mi idea es seguir por ese camino, compitiendo en los torneos locales y —si me da el tiempo— competir también afuera a nivel profesional, en otras provincias.
–¿Esperabas este resurgimiento de tu tenis?
–No me esperaba tener este nivel de juego o esta irrupción en mi juego. Supuestamente yo no iba a jugar más, desde aquel tiempo que dejé la actividad por dos años. Como dije antes, “me picó el bichito” de grande (26 años) y ahora quiero meterle para adelante, seguir entrenando y compitiendo en este nivel. Obviamente, también quiero seguir con el tema de la enseñanza a los más chicos. Me gusta mucho el hecho de volcar toda mi experiencia en los niños que se inician en el tenis.
–¿Cómo te cayó esta distinción que te va a realizar el Multimedio en la Gran Fiesta del Deporte, el próximo 11 de diciembre?
–La verdad que no me esperaba esta distinción. Alguna vez, en aquellos años de mis comienzos sí recibí alguna distinción en el club, pero era muy chico, creo que tenía 12 años. No me imaginaba este presente y sin lugar a dudas el premio es una motivación para seguir entrenando y mejorando.
–Además de entrenador, sos profesor de educación física recibido…
–Sí. Yo soy profesor de Educación Física, a la vez también soy instructor de tenis, ya que hice los cursos correspondientes para poder enseñar esta disciplina. Llevo nueve años enseñando y jugando. Tengo una vida entera en el club (SLTC), ya sea jugando o enseñando.
–Como profesor que sos, ¿hay futuro, hay chicos con talento en las formativas?
–Sí, por supuesto que hay futuro y mucho talento. Hay jugadores muy importantes, como el caso de Lucca Guercio o José Fernández, que ya son casi profesionales y que surgieron del club, que —como yo— pasaron por las manos de los diferentes “profes” que antes mencioné. Y otros chicos que siguen sus pasos también y verlos a ellos en ese nivel es una gran motivación.
–El espejo para todos ellos debe ser Marco Trungelliti, ¿no?
–Sin dudas. Con Marco (Trungelliti) no tuve la suerte de jugar o de enfrentarlo, porque él es ocho o nueve años mayor y debido a eso no nos enfrentamos nunca. Sí entrenamos juntos, hace una semana o diez días atrás, cuando estuvo por Santiago, antes de que viajara nuevamente a Europa. Vino a visitar a la familia y ahí aprovechamos un poco para pelotear con él, que sin dudas es el santiagueño que más lejos llegó en esto del tenis profesional.