Terminó la cumbre del PRO con la que Macri, Larreta, Bullrich, Vidal y afines pretendieron llegar a un consenso y delinear el armado electoral. Sí, pretendieron. El resultado de la junta no hizo más que empeorar las conversaciones entre los diferentes precandidatos del espacio, que siguen sin poder concertar una estrategia capaz de superar los números de Cristina y Milei, que son los nombres propios más prometedores para este octubre.
Por mucha unidad que hayan intentado transmitir a través de la foto publicada, las sonrisas que ostentaron se voltearon ni bien sonó el disparo de la cámara. El escenario de la "reunión" (eufemismo de pleito, en este caso) fue el domicilio de Jorge Triaca, en San Isidro. Las paredes del caserón fueron testigos de un nuevo episodio de enrostradas multidireccionales entre los principales exponentes del partido amarillo, que se encuentran en una complicada encrucijada con los recientes escándalos: la traición de Larreta a "papá" Macri, los vaivenes con Patricia Bullrich, y el más preocupante de todos, la multa de 3 millones de pesos a todo Juntos por el Cambio por las irregularidades y aportantes "fantasma" en la campaña de Vidal en 2017.
Uno de los puntos que también generó una fuerte discusión fue cómo se llevará a cabo la integración de José Luis Espert a la fórmula opositora, ya que Larreta y Bullrich tienen planes distintos para el economista autodenominado liberal. Mientras que el jefe de Gobierno porteño intenta impulsar la candidatura de Espert a la presidencia para "robarle" votos a Bullrich, esta última acepta la incorporación pero en distintos términos, enfocando su influencia en la Provincia, donde tendría más votos, según sondeos.
En tanto, Vidal permaneció impasible. Preocupada. La Cámara Nacional Electoral ratificó las anomalías de financiamiento de su promoción comicial, y sus números, que ya eran bajos, terminaron de sucumbir. Es un hecho no cantado que vaya a bajar su candidatura, o bien limar sus ambiciones a un "carguito" en la Ciudad, aunque de intentar competir por la Gobernación no solo se llevaría una decepción, sino que Mauricio Macri le soltaría la mano, ya que quiere asegurarle el trono de CABA a su primo Jorge.
El PRO está viviendo uno de sus peores momentos, encontrándose desarmado, sin una estrategia fija y hasta ninguneado por sus propios compañeros de coalición. Por la otra parte tenemos a Cristina, que a pesar de sus ambiguas declaraciones durante sus apariciones públicas, sigue causando sensación en el pueblo por lo que alguna vez representó. Y el más afilado es Milei, que se encuentra seguro de obtener un buen porcentaje en octubre, a pesar de que el fenómeno del "león" no se replicó en los candidatos que amparó en las provincias que ya votaron sus autoridades regionales.
Es cuestión de tiempo ver cómo se resuelve esta enrevesada trama que tiene tintes de suspense, comedia y drama.
Por Facundo Xavier Ferrera Flores, para Nuevo Diario.
