El miércoles llegó con un duro golpe para las ambiciones de Daniel Scioli, y es que Alberto Fernández le bajó el pulgar a su candidatura y estaría explorando nuevas alternativas de sucesión, con Agustín Rossi, su jefe de Gabinete, a la cabeza, según comentan desde su entorno.
Aunque Scioli parecía uno de los principales candidatos para continuar con la gestión de Alberto debido a su cercanía (y deuda), fueron los sondeos realizados por el oficialismo los que destruyeron toda posible carrera electoral para el empresario. Las encuestas arrojan que el embajador argentino en Brasil perdería tanto con Massa como con Kicillof, por una abismal diferencia que supera los 15 puntos en ambos posibles escenarios.
Fue esto lo que suscitó una particular bajada de línea de Fernández: a Scioli no le promueven la campaña. "Es muy 2015", detalla, mientras prepara la salida a la cancha de su nuevo protegido, Rossi, que demostró su lealtad al mandatario en cada oportunidad que tuvo, formando una firme defensa de los ideales del mandamás argentino.
Ni bien le dieron el visto bueno, el jefe de Gabinete comenzó a promocionarse como candidato que continuará el albertismo, siempre y cuando su ángel de la guarda no se presente por la reelección, un tema ciertamente hablado a puertas cerradas. "Hace años que tengo ganas de ser presidente, hay que ver las circunstancias. No es un problema de ganas", adelantó el santafesino.
"Hay que evaluar si una precandidatura mía ayuda, sirve, genera esperanza", manifestó Agustín Rossi.
Un ligero detalle que se le escapa a Alberto es que la lealtad de Rossi no compensa los números que obtiene. Objetivamente, su Jefe de Gabinete mide aún menos que Scioli, ya que ingresó a la élite gubernamental recientemente y, a pesar de que intentó reforzar su imagen a través de diferentes entrevistas y exposiciones de cara, sigue siendo un NN de cara al argentino promedio.
¿Tendrá algo que ver esta posible receta con la nueva alternativa anunciada hoy por 'Wado' de Pedro? Es cuestión de tiempo que los números hablen por sí solos.
Por Facundo Xavier Ferrera Flores, para Nuevo Diario
