Un poblador de apellido Herrera (52 años) del paraje Villa Luján, departamento Choya, se trasladó ayer a Laprida y compró una garrafa de 10 kilogramos porque se había terminado el gas. De regreso a su vivienda, la colocó, pero advirtió que perdía gas por el olor en el ambiente. La desconectó, verificó todo y con paciencia y mayor cuidado volvió a conectarla a la cocina. La encendió y comenzaron a cocinar el almuerzo.
El hombre salió al patio y se instaló debajo de un árbol, donde se encontraba su familia, compuesta por su madre, de 74 años; su pareja, de 42; y su hijo, de 7. Todos estaban afuera por las altas temperaturas que se registran en toda la provincia desde hace varios días.
Momentos después, mientras la familia charlaba, sufrieron momentos de pánico por una explosión en la cocina. Al parecer, continuó la pérdida de gas de la manguera de la conexión o de la cocina y se acumuló en la casa, provocando finalmente el estruendoso ruido. La explosión fue tan potente que derribó parte de la pared de la casa y generó un pavoroso incendio. Las llamas se apoderaron de las pertenencias de los Herrera ante la desesperación de sus dueños, quienes no podían ingresar ni acercarse a la propiedad por la intensidad del fuego.
El incendió provocó el derrumbe de gran parte de la vivienda y convirtió en cenizas los bienes. Las llamas destruyeron totalmente un freezer, dos pantallas solares, cuatro camas con sus respectivos colchones y sábanas, dos roperos, un radiograbador, una cocina, prendas de vestir y calzados de todos los integrantes de la familia y una mesa con seis sillas. El siniestro también arrasó con documentación, tarjetas de débito y crédito, y hasta con dinero.
Intervino la Subcomisaría de Laprida.
