Héctor José Ruiz tenía 28 años y era el segundo de cuatro hermanos. Tenía dos hijos, una niña de 6 años y un niño de 4. Vivía desde hacía un año, junto con su madre en el barrio El Tuscal de La Banda cuando se separó de su expareja. Fue asesinado de un disparo en la cabeza, cuando iba a comprar estupefacientes. El crimen se desató por el robo de un lavarropas, en la casa de un familiar del presunto homicida.
Anteayer al mediodía “Gringuito” —como le decían sus allegados— fue visto por última vez por su hermano menor Cristian. Caminaba por la vera del canal junto a un sujeto, con dirección hacia el barrio La Isla. Levantó la mano y realizó el ademán de saludarlo; luego continuó el viaje.
Pasaron los minutos y un vecino llegó a la casa de Carmen, en calle Suipacha. “A tu hijo le dispararon”, le dijo el conocido y se retiró. La familia de inmediato se dirigió hacia el trágico escenario. Héctor agonizaba tendido sobre el pavimento de Calle Pública, en el barrio La Isla. Tenía un disparo en la cabeza que fue realizado a corta distancia, con una “tumbera”. Además, presentaba múltiples lesiones en el cuerpo. Estaba agonizando. Carmen, de inmediato, descendió de la motocicleta en la que llegó al lugar y corrió hacia su hijo. Pero Héctor, mientras balbuceaba, intentaba decirle algo. Finalmente, quedó inconsciente.
Según se desprende de la investigación, la víctima habría sido abordada en el lugar por un sujeto de apellido Bravo, alias “Toro”. Era la misma persona que días atrás venía jurando que “lo mataría”. El motivo del enojo del agresor contra la víctima, era el robo de un lavarropas. Héctor había violado “los códigos” del barrio e ingresado a la casa de una familiar del sospechoso; desde donde habría sustraído el artefacto. Pero su madre, apenas llegó con el elemento sustraído, lo recuperó y le entregó a sus propietarios. En ese momento, los familiares de la damnificada habrían prometido vengarse del presunto ladrón.
Héctor —quien tenía un plan social y trabajaba como changarín— fue trasladado de urgencia al CIS La Banda en grave estado de salud. Estaba siendo asistido por los profesionales de la salud quienes procuraban estabilizarlo para derivarlo al hospital Regional Dr. Ramón Carrillo en la Capital, cuando se produjo el deceso cerca de las 17 de anteayer. El cuerpo fue trasladado a la morgue, donde se le practicó la autopsia correspondiente.
En medio del dolor por la pérdida de manera trágica de un ser querido, los hermanos y tíos de Héctor se trasladaron a la morgue judicial ubicada en el hospital Independencia donde esperaban que sus restos sean entregados para ser sepultados.
“Al parecer, cuando mi hermano fue a comprar la droga lo esperó, lo pilló y lo baleó. Mi hermano tenía como cortes en los brazos. Ayer —por el miércoles—, en el hospital tenía golpes en la espalda; como si fuera que lo habían atado, golpeado y arrastrado. Anduvo buscándolo antes en la casa, para que lo maten”, reveló a Nuevo Diario Cristian, hermano menor de Héctor.
Al tiempo que agregó: “Lo ha matado como a un perro. Lo hubiera baleado en la pierna aunque sea. No, lo ha baleado como a un perro. No le tuvo piedad. Lo venía buscando y amenazando desde hace tiempo. Lo había agredido anteriormente y las amenazas venían desde hacía bastante. Solo que no lo podían encontrar, porque mi hermano se escapaba. Fuera lo que fuera mi hermano, no se merecía que lo maten como a un perro”.
Por su parte, Enrique —el hermano mayor de Héctor— manifestó: “Ese día fue comprar la droga y ahí lo pillaron. Estaba todo planeado. Sabía por dónde se manejaba él, y lo agarró ahí. Mi hermano no se iba a dejar pegar así no más. Él sí llevaba un cuchillo, para que se pueda defender, pero para nosotros lo pegaron entre varios, por eso no pudo defenderse. Creemos que le pegaron del costado o de atrás”.
“A mi hermano lo ha muerto como a un perro. Sea lo que sea, no se merecía lo que le ha hecho. Nosotros solo pedimos que se haga justicia por mi hermano. Mi mami está ahí, tirada y sus hijos preguntan por él”, puntualizó el familiar. Al tiempo que una tía de la víctima fatal remarcó: “Era una persona adicta a la droga pero no se merecía esa muerte. Nadie es dueño de quitarte la vida. Solo pedimos que se haga justicia y que él o los asesinos paguen por lo que hicieron”.
El robo de un lavarropas, el detonante
El 9 del corriente mes, una mujer residente en el barrio Avenida de La Banda, denunció que, “un ladrón ingresó a su casa y le había robado un lavarropas”. Mientras la Policía investigaba el robo, el electrodoméstico había sido recuperado. La madre del sospechoso ene se momento llevó el bien a la casa de la víctima y se le entregó.
El autor del atraco había sido Héctor Ruiz, alias “Gringuito”. Anteayer, los vecinos encontraron con un disparo en la cabeza a Ruiz, sobre el pavimento. Luego, murió en el hospital. De inmediato el personal de la División Homicidios y Delitos Complejos Banda inició las pesquisas sobre el crimen del joven.
Los detectives pudieron “armar el rompecabezas” y delimitar el móvil que desató el violento crimen. Según se conoció, en horas de la siesta del miércoles Leandro Bravo se encontraba buscando los animales al fondo del barrio La Isla, en La Banda. Momento, que habría divisado a Ruiz que caminaba por el lugar junto a otro sujeto, por lo que no dudó en enfrentarlo. Bravo, conocido como “Toro” comenzó a reclamarle la sustracción del lavarropas. Se produjo una pelea, donde Ruiz extrajo un cuchillo para defenderse y Bravo, un arma de fuego de fabricación casera y le efectuó dos disparos a corta distancia. La víctima se desplomó malherida sobre el pavimento, en grave estado.
Mientras que su agresor emprendió la fuga con rumbo desconocido.
El homicida fue detenido en una casa del barrio Sarmiento
Leandro Bravo conocido como “Toro” apenas concretó el homicidio de Héctor Ruiz se dio a la fuga. Sabía que la Policía lo iba a buscar y trataba de escapar. Los efectivos de la División Homicidios y Delitos Complejos Banda, realizaron múltiples allanamientos en una minuciosa y hermética investigación.
Se logró detener a un sujeto de apellido Ledesma de 43 años conocido como “Flaca Burra” residente en el barrio Avenida. En su casa se secuestró una tumbera y prendas de su propiedad, que tendrían manchas de sangre.
Mientras que en la mañana de ayer, en el barrio Sarmiento de La Banda, se procedió a la detención de Bravo. El mismo fue trasladado a sede policial, donde quedó alojado por el homicidio de Ruiz. Los dos sujetos serán indagados posteriormente por la Fiscalía de Banda y Robles que interviene en el caso.
En el mismo lugar, otro crimen
En el mismo trágico escenario donde Héctor Ruiz fue asesinado, el 4 de septiembre de 2018 fue el lugar donde se concretó el brutal crimen de un joven pintor que fue emboscado cuando regresaba de comprar drogas y fue asaltado.
Se trataba de Eduardo Juárez, tenía 28 años, residente en el barrio Almirante Brown de la ciudad Capital. Cerca de las once de ese fatídico día, tomó su motocicleta y les dijo a sus familiares que iba a “hacer unas cosas en La Banda”. Buscó a su cuñado y emprendieron viaje.
Llegaron, compraron marihuana en el barrio La Isla y emprendieron el regreso a su casa. Circulaban por la costanera, cuando divisaron a dos sujetos que ingresaron a la calzada desde una zona montuosa. Estos les apuntaron a los cuñados con un arma de fuego de fabricación casera.
Juárez, quien era el conductor del rodado, los enfrentó. Los sujetos querían robarles. Logró esquivarlos y huir. En ese trayecto, los agresores efectuaron el disparo. El proyectil impactó en Juárez, quien habría realizado un recorrido de aproximadamente cien metros malherido y se detuvo. Luego, se desplomó muerto.
