La invasión de Rusia en Ucrania ha dejado un rastro de destrucción y dolor en su camino. Según el alto asesor presidencial ucraniano, Andriy Yermak, más de 9.000 civiles han sido asesinados, incluidos 453 niños, desde que comenzó la invasión en febrero del año pasado. En una intervención en el Foro Económico Mundial en Davos, Yermak afirmó que se han registrado 80.000 crímenes cometidos por invasores rusos, y exigió la conformación de un tribunal internacional especial para juzgar a los líderes políticos rusos. Además, pidió reparaciones por la destrucción causada por la invasión.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha confirmado la muerte de 7.031 civiles en Ucrania, pero estima que el número real de víctimas es "considerablemente mayor", ya que muchos informes están pendientes de ser corroborados y hay zonas de combate inaccesibles. La mayoría de las muertes de civiles registradas se produjeron en zonas controladas por el Gobierno ucraniano, mientras que Ucrania afirma que el número de civiles muertos podría ascender a decenas de miles. Ambos países niegan haber atacado a civiles.
En un reciente ataque ruso, un misil de largo alcance Raduga impactó un edificio residencial en la localidad de Dnipro, causando 40 muertes, incluyendo a tres niños, y 75 heridos. Además, 46 personas permanecen desaparecidas. El ataque también causó importantes daños materiales, con más de 8.000 toneladas de escombros y 41 vehículos dañados.
La violencia y el sufrimiento causados por esta invasión no pueden ser ignorados. Es crucial que se lleven a cabo investigaciones adecuadas y justicia para las víctimas, y que se tomen medidas para evitar futuras violaciones de derechos humanos.
